Entre leones

Encuesta que algo queda

Desde que España recuperó la democracia, las encuestas han formado parte de los procesos electorales. A veces acertaban y otras veces la pifiaban. Pero había detrás de ellas un trabajo científico medianamente objetivo.

Sin embargo, en los tiempos convulsos que corren, los estudios demoscópicos, amparados en una volatilidad electoral más que evidente, desprenden un tufillo pestilente que revela el alto grado de putrefacción de nuestra democracia. La corrupción, el amiguismo, el enchufismo y el apaño que tanto daño le han hecho se manifiesta también en estas encuestas de forma descarnada.

Da la sensación de que la mayoría de los sondeos son meros instrumentos no ya para calibrar el estado de la opinión pública sino para influir en ella.

La debilidad de los medios de comunicación -especialmente la de los periódicos, muy lastrados por el desplome de sus ventas-, que dependen desde el arranque de la crisis casi en exclusiva de los grandes bancos y las grandes empresas, hace que hoy por hoy, y más que nunca, quien paga, manda.

Y ese ‘quien paga, manda’ no solo se está viendo en demasiadas informaciones, elaboradas desde trincheras y despachos lejos de las redacciones, sino también en los sondeos de opinión, en los que la cocina está adulterando sistemáticamente los ingredientes electorales.

Por eso, que a nadie le extrañe que hasta en medios considerados serios aparezcan encuestas que van en la dirección que interesa al Ibex 35, que es el sujeto principal de esa demoledora oración: apuntalar al PP como primera fuerza política pese a que la corrupción se lo está comiendo por los tobillos y reforzar a Ciudadanos aunque sea a costa de sus antípodas ideológicas, Podemos, para que juntos puedan formar un Gobierno estable tras las elecciones del próximo 20 de diciembre.

Para ello, claro, esos sondeos apuntan continuamente a un desplome, un retroceso o una caída en picado del PSOE y Podemos, que, bajo ningún concepto, pueden ni deben, en opinión de estos expertos en finanzas y enjuagues, formar un Gobierno alternativo tras el 20-D.

Pero mira por dónde, la última encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), que cocina con algo más de moderación al tratarse de dinero público, nos ha traído una foto fija del estado de la opinión pública que nada se parece a los fotomontajes de las últimas semanas.

Según este nuevo documento demoscópico, Rajoy y Pedro Sánchez, PP y PSOE, se van a jugar la tostada en una campaña que el 20-D necesitará de fotofinish para conocer al ganador. Y Pablo Iglesias y Albert Rivera, Podemos y Ciudadanos, se disputarán en una lucha sin cuartel la tercera plaza. Y la bisagra hacia un Gobierno de centro-derecha o hacia un Gobierno de centro-izquierda.

Por lo demás, a esperar que los españoles pongan a cada cual en su sitio con su voto. Ahí no cabe ni trampa ni cartón. Ahí, el Ibex 35 solo concentra un puñadito de votos que no están, afortunadamente, en consonancia con el volumen de su cartera ni de sus encuestas.

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