Entre leones

Tango y tongo

Hace unos años, un joven periodista, que llegó al Congreso de los Diputados a cubrir el Debate del Estado de la Nación entre Rodríguez Zapatero y Rajoy, me confesó, muy afligido, que su director ya le había impuesto un titular: "Rajoy tumba a ZP". Y que sobre esa aseveración debía construir su crónica, sin salirse ni un ápice de ella. Si no seguía las instrucciones de su superior, pues se quedaba sin trabajo.

El chaval me confesó que era muy del PP y muy religioso, y que entendía el periodismo como parte de la máxima evangélica "la verdad nos hará libres". Al final, el miedo a pecar, supongo, le llevó a protagonizar una espantada en legítima defensa que no impidió que el periódico en cuestión cumpliera con lo pactado: "Rajoy tumba a ZP". La verdad, lógicamente, era lo de menos.

Algo por estilo está ocurriendo en la presente campaña electoral. Tras el debate a tres en El País ya se apreció en la mayoría de los medios una cierta tendencia a castigar al candidato socialista, Pedro Sánchez, como si hubiera una instrucción superior que así lo aconsejara.

Tras el debate a cuatro, esto se hizo más evidente. La opinión del Gobierno -Sorayita estuvo divina de la muerte, Pablo Iglesias ganó el debate, Albert Rivera se manejó muy nervioso y Pedro Sánchez perdió claramente- se instaló en casi todos los medios como una especie de inserción de obligado cumplimiento.

Para muchos ciudadanos que lo siguieron, Pedro Sánchez ganó claramente el debate presidencial ante un Pablo Iglesias que la pifió hasta casi alcanzar la descalificación por falta de rigor y exceso de demagogia, ante un Albert Rivera que no aguantó más de una hora y ante una Soraya Sáenz de Santamaría interpretando un papel que no era el suyo.

Sin embargo, esa opinión apenas si cuajó en un editorial a palos de El País. En el resto de medios prendió un desbarre contra el líder socialista en la prensa afín al Gobierno y a satélites que resulta repugnante en términos democráticos. Extrañas alianzas las que hubo entre televisiones de derechas y de izquierdas, ¿no?

Era como si quisieran descabalgar a Pedro Sánchez del PSOE en la recta final de la campaña electoral para que no ganara. Porque hasta entonces el empate técnico entre socialistas y populares hacía presagiar una foto finish y no el desastre que se han sacado de la manga algunas encuestas hechas por encargo y en plena sintonía con Moncloa para que Rajoy llegara al debate de hoy con un colchón de seguridad frente a Pedro Sánchez.

Aunque estoy convencido de que los medios afines al PP volverán a sudar la camiseta y darán la victoria a Rajoy, no me cabe ninguna duda de que Pedro Sánchez está todavía en la pomada y, con un 40% de indecisos, puede ganar las elecciones pese a que se imponga como inserción de obligado cumplimiento: "Rajoy tumba a ZP"; bueno, a Pedro Sánchez. Un tango con sabor a tongo que les puede salir por la culata.

 

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