Entre leones

La jugada de Mariano

Hasta que Rajoy se reunió con el Rey y soltó que no se sometería a la investidura, Pablo Iglesias, tan obsesionado con la política espectáculo, se ganó la apertura de los medios de comunicación con su oferta a Pedro Sánchez de formar un Gobierno de izquierdas con PSOE, Podemos e Izquierda Unida. Y con él como vicepresidente. Lo de ‘programa, programa y programa’ de Julio Anguita no va con él.

La oferta sentó regular en el PSOE afín al secretario general, pero Pedro Sánchez aguantó el tirón. Y cayó mal entre los barones críticos, que no desaprovechan ni una para expresar su malestar con los dirigentes de Podemos a pesar de que gobiernan con ellos. Page, Puig y algunos otros, tan sediciosos, tan tocapelotas, deberían explicar este Expediente X político sobre la doble vara de medir sobre los podemos y la unidad de España.

En este entorno tan volátil, sobre todo en PSOE-A, que se coge la cesta de las chufas por nada y menos, se apeló incluso al "orgullo socialista" mancillado por la prepotencia de Pablo Iglesias. Otro desbarre más.

Todo hasta que llegó el bombazo de Rajoy, que declinó la invitación del Rey para someterse a la investidura y dejó lo de Iglesias en agua de borrajas.

Ante la falta de apoyos, el líder del PP prefiere no quemar sus naves. Tan acostumbrado al plasma y a la mayoría absoluta, le debe dar pereza intentar convencer al resto de formaciones políticas. Porque básicamente en eso consiste una sesión de investidura en un Parlamento: el candidato se presenta e intenta convencer a los diputados.

Por eso, porque sabe que le van a decir de todo y con razón –con la imputación por la destrucción del disco duro del ordenador de Bárcenas recién salida del horno judicial-, quiere investir de estrategia política fina y responsable un acto de cobardía democrática en toda regla.

En teoría, tras la tocata y fuga de Rajoy, el Rey Felipe VI debe ofrecerle el turno a Pedro Sánchez, que es desde el principio el único que tiene posibilidades reales de formar gobierno.

En el PP confían en que la presión mediática de los suyos, con más exclusivas venezolanas de Antena 3 contra Podemos y el resto del rojerío, la preocupación del Ibex 35 y el trabajo quintacolumnista de los barones socialistas, con Susana Díaz a la cabeza, lleven a Pedro Sánchez a pinchar en hueso.

Achicharrado el líder socialista, Rajoy se presentaría como la única alternativa posible a unas nuevas elecciones, forzando al PSOE, con Pedro Sánchez debilitado y los barones con los tanques ya metidos en Ferraz, a facilitarle la investidura.

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