Entre leones

Golpismo en el ideario

Pocos días antes de que PSOE, Podemos y Ciudadanos hagan un penúltimo intento para evitar la repetición de las elecciones, un grupo de notables socialistas, encabezados por ZP, Pepiño Blanco, Pérez Rubalcaba, Madina y Bono, sigue empeñado en quitar de en medio a Pedro Sánchez para poner en su lugar a Susana Díaz, que, por supuesto, está encantada de conocerse y de que la instrumentalicen.

Ellos, que pusieron al PSOE caminito de la irrelevancia, se presentan ahora como sus salvadores, y están dispuestos a todo para desbancar a Pedro Sánchez.

Zapatero y Bono ya compartieron mesa y mantel con Pablo Iglesias e Íñigo Errejón en una primera intentona por debilitar a Pedro Sánchez. Como la comilona despedía un tufillo golpista que echaba para atrás (Escudier escribió entonces un artículo excelente: http://blogs.publico.es/escudier/2015/01/golpe-de-estado-en-el-psoe/ ), recogieron velas con explicaciones vagas y algún derrote.

Desde entonces, esta tropa ha estado, de una forma u otra, detrás de las continuas tentativas golpistas que se han sucedido en el PSOE. La última, en el Comité Federal de enero, cuando las cuentas no le salieron a los jefes de la trama.

Ahora, tras tres intensos días de Susana Díaz en Madrid de cenas y almuerzos prometiendo que esta vez va en serio, la estrategia, por lo visto, pasa por torpedear cualquier opción de investidura que tenga Pedro Sánchez.

E intentar que la lideresa andaluza sea ya la candidata en los comicios del 26 de junio. Eso, al menos, dicen que ha anunciado ella a los postres, entre canijos, tesoros y mi almas de distintas provincias.

Pero vete tú a saber si estamos ante un nuevo embuste o ante otro quiero y no puedo. Por si acaso, Juan Cornejo ya ha fijado el 23 de abril como la fecha límite para negociar. ¡Olé, olé y olé!

Mientras tanto, el Gobierno andaluz, acuartelado en San Telmo y poniendo velas a la Virgen del Rocío como parte de un plan estratégico para reducir el paro. Y el PSOE-A, sin Comité Director desde hace un año. En el PP y Ciudadanos están encantados de cara a las próximas elecciones autonómicas.

En fin, este es el modelo de partido -el de la mesa camilla de toda la vida de dios, el de las gestoras y los congresos a la búlgara, el que espantan a los jóvenes y al voto urbano- que patrocinan estos artistas del alambre que han convertido a Susana Díaz en toda una mujer de Estado para seguir chupando del bote.

Un PSOE en el que los 200.000 militantes no tienen ni voz ni voto y solo son unos pegacarteles. Para mandar ya están ellos, que saben manejarse incluso en los oscuros baretos de las gasolineras.

En fin, un PSOE donde la deslealtad estará institucionalizada, y el golpismo político formará parte de su nuevo ideario.

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