Entre leones

No es no hasta el final

Otra vez los barones críticos, de más peso dice El País  -señoras y señores, hay que recuperar la dieta mediterránea tras tanta comida basura y odio tibetano-, cerrando el paso a un plan b alternativo al intento de Mariano Rajoy por coronarse presidente del Gobierno.

Si fracasa el líder del PP, el PSOE aparece dividido. Vamos, periodismo de investigación es esta nueva exclusiva. Como si no supiéramos que casi todos los barones socialista con mando en plaza –Francina Armengol es la excepción-, no quieren no ya un pacto con Podemos sino que Pedro Sánchez sea presidente del Gobierno.

Por cierto, la mayoría de estos barones socialistas deberían ser consecuentes y prescindir de Unidos Podemos y sellar un pacto con el PP. A ver si Iglesias les echa un cable.

Para enjaretarlo pueden recurrir a los intermediarios del Ibex-35 a los que vienen vendiéndole la piel del oso antes de cazarlo desde el 20-D.

Sin dar nombres, que después el personal se rebota y te mete en una lista negra en menos que canta un gallo o te manda a un asustaviejas, la conversación debió ser clara y concisa: ‘No te preocupes, Mariano. Si Pedro no se muere, lo matamos’. Solo un ‘mi alma’ final como licencia regional, pero desde el más absoluto anonimato.

En fin, que por mucho que Felipe González vista la mona de seda –ahora dice que el PSOE debe abstenerse aunque Rajoy no lo merezca-, no cuela. Pero se entiende que él, un hombre de Estado de verdad, diga estas cosas. Tienen tantos negociados que atender que hasta resulta comprensible que tienda a satisfacer a unos cuantos clientes a la vez.

Como persona poco dada a comulgar con ruedas de molino, me quedo con la última reflexión de José Antonio Pérez Tapias, de Izquierda Socialista, que recoge el sentir de la mayoría de la militancia: "El no ha calado tanto en el partido que no podemos salirnos por la tangente a última hora con una abstención".

Teniendo en cuenta que el PP no ha votado a favor ni se ha abstenido en ninguna investidura de un candidato socialista a la presidencia del Gobierno -y tampoco lo hizo en aquella votación dramática de los recortes impuestos por la UE a ZP de mayo de 2010-, pues no cabe otra que no.

Y en este caso no es no, y debería mantenerse hasta el final.

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