Entre leones

En caso de dudas, hagamos periodismo; y si no las hay, también

Si usted lee aun algún periódico de papel, creerá sin ningún género de dudas de que Pedro Sánchez está atrincherado, fortificado, amurallado, agazapado o emboscado; en rebelión mismamente, con sus 300 en la Termópilas de Ferraz esperando al ejército de Jerjes I.

Esa es la tesis que defienden los críticos del PSOE, que el pasado miércoles quisieron llevarse a Pedro Sánchez por delante y tomar la sede federal de Ferraz tras presentar la dimisión 17 miembros de la Ejecutiva Federal.

Mediáticamente, Susana Díaz y sus barones están ganando por goleada, por aplastamiento. Desde sus asuntos en América Latina, Felipe González inició el aquelarre  contra Sánchez con unas declaraciones en la Cadena SER en las que dijo sentirse engañado y defraudado por el líder del PSOE, que en una supuesta conversación privada le apuntó su voluntad de abstenerse en la investidura de Rajoy. Resulta cuando menos sorprendente que el sevillano, a estas alturas de su vida, con una trayectoria política y personal tan intensa, se sienta engañado y defraudado, ¿no?

En fin, vamos a lo que vamos, este estado de opinión publicada no se corresponde para nada con el estado de opinión de la inmensa mayoría militantes y votantes del PSOE, que están a pique de un repique con esta maniobra políticomilitar diseñada, con la ayuda de la derecha económica, política y mediática, para llevarse por delante a Pedro Sánchez y facilitar la investidura de Mariano Rajoy instalando al PSOE, por vía Comisión Gestora, en la abstención.

Las bases del PSOE, que en opinión de un reputado susanista son un mito –las reduce a los cuatro familiares del cuadro de turno-, están indignadas con el espectáculo de intrigas, traiciones, artimañas, campañas orquestadas, asonadas, negocios encubiertos y mala baba que esta operación de demolición del PSOE contiene.

Pero volvamos al periodismo. Augusto Delkáder, uno de los periodistas gaditanos más grandes de la historia y santo y seña de lo que fue el mejor El País –desgraciadamente nada que ver con el actual- decía que "en caso de duda, hagamos periodismo". Y yo añadiría: "Y si no las hay, también".

Digo esto porque  los críticos pensaban que el golpe de mano en la Ejecutiva Federal pondría el partido en manos de una Comisión Gestora, que tenía entre sus principales encargos acabar con el Comité Federal del próximo sábado, donde estaba previsto que se convocara un congreso y sus correspondientes primarias. Es decir, que los militantes no votaran.

Sin embargo, el artículo 36, punto o, de los Estatutos Federales del PSOE recoge literalmente que "cuando las vacantes en la Ejecutiva Federal afecten a la Secretaría General, o a la mitad más uno de sus miembros, el Comité Federal deberá convocar Congreso extraordinario para la elección de una nueva Ejecutiva Federal".

Y no dice nada de nada de Comisión Gestora. Más claro, agua; de dudosa legalidad, nada de nada.

El patinazo de los sublevados, que por lo visto no se han leído ni los papeles –los arquitectos de la cosa deberían dedicarse a otros menesteres-, les deja el asalto al Comité Federal imposible, ya que los 17 dimisionarios pierden también la condición de miembros de pleno derecho del principal órgano socialista entre congresos. Solo les queda la rebelión contra una Ejecutiva Federal que es garante de la legalidad. ¿Se atreverán a practicar los métodos subversivos que atribuyen a Podemos y que tan insistentemente han repudiado por entender que eran demasiado de izquierdas?¿Se convertirán algunos presidentes autonómicos en antisistemas puros y duros?

En fin, a ver si se acaba este vodevil, a ver si se termina este concurso interminable de ‘haber quien dice la burrada más grande’ que tanta gracia le está haciendo al PP...

 

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