Entre leones

Barcelona, lo que de verdad importa

 

 

Después de digerir mínimamente el atentado yihadista del 17-A en Barcelona, pensé que las fuerzas políticas, todas las fuerzas políticas, acabarían por distinguir el polvo de la paja, y alcanzarían a entender lo que de verdad importa.

Pero el vil asesinato de 15 ciudadanos a manos de la barbarie me temo muy mucho que sólo va a servir para aplicar de forma transitoria el sentido común y la cordura.

El próximo sábado, tras la manifestación unitaria que recorrerá las calles de la capital catalana, lo accesorio se impondrá de nuevo a lo que de verdad importa.

¿Qué es lo que de verdad importa? Pues de entrada, la seguridad de las ciudadanos que pasean tranquilamente por Las Ramblas un día cualquiera, ¿no?

El último barómetro del Centro de Estudios de Opinión de la Generalitat (CEO) destaca que una amplia mayoría de catalanes no tiene entre sus principales problemas el proceso secesionista impulsado PDeCat, ERC y la CUP. De hecho, un 52,8% responde temas de aspecto social, económico o educativo, principalmente, como el «paro», la «precariedad laboral», el «funcionamiento de la economía», «mejorar políticas sociales», la «sanidad», la «educación» o el «acceso a la vivienda».

Solo un 16% considera que el «principal problema» de Cataluña es la «relación Cataluña-España» y un 0,6% la «crisis de identidad catalana».

Pero lo dicho, el independentismo catalán volverá de nuevo a la carga y reactivará esa hoja de ruta a ninguna parte que desembocará en las playas del 1-O. Y el Gobierno de Mariano Rajoy recuperará su línea territorial emparentada con el tancredismo, con el Tribunal Constitucional en modo Legión para una intervención higiénica y rápida.

Al menos en este periodo transitorio de luto, unos y otros se han comportado con cierta decencia política más allá de malentendidos y descoordinaciones.

Algunas, como el recuento de víctimas catalanas y españolas realizado por la Generalitat, ciertamente lamentable, pero por lo general no ha habido grandes mamarrachadas institucionales en estos días que aún corren.

Por otro lado, era lo mínimo que se despachaba, era lo que se merecían las 15 víctimas mortales (Xavi Martínez, Francisco López, Pepita Codina, Pau Pérez, Silvina A. Pereyra, Julian Cadman, Carmen Lopardo, Elke Vanbockrijch, Bruno Gulotta, Luca Russo, Jared Tucker, Ian Moore Wilson, una abuela y una nieta portuguesas), y todos los heridos.

A partir del sábado, de vuelta al desbarre, al diálogo de sordos, al choque de trenes, al fango territorial. Y los Mossos, héroes nacionales en la prensa de Barcelona y Madrid -sobre todo después de abatir a punta de pistola a seis terroristas-, se convertirán en héroes catalanes a secas.

Para ello, claro, el independentismo tendrá que borrar del currículum del mosso que se llevó por delante a los cinco yihadista de Cambrils que era ex legionario de la España de los españoles.

 

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