Entre leones

Ciudadanos, solo con la puntita

Ciudadanos aprobó el pasado lunes por unanimidad de sus mandamases que el PP será el socio preferente allá donde tengan que juntarse para robarles la cartera a las izquierdas.

En el mismo cónclave, los naranjitos con mando en plaza rechazaron tajantemente cualquier negociación con Vox, aunque aceptarán su apoyo. ¡Olé, olé y olé!

En teoría, la decisión complica que las derechas se hagan con el poder en tres comunidades autónomas y en el Ayuntamiento de Madrid, si Vox exige que Ciudadanos les haga públicamente una genuflexión.

Sin embargo, como ocurrió en Andalucía, el acuerdo de facto a tres debe ser discreto, escenificando incluso que todos los puentes están rotos, que por no haber no hay ni unos buenos días tenga usted.

Para comerse la boca está la intimidad, la mesa camilla, las cuatro paredes de los despachos blindados de intereses y puntitos ideológicos comunes. Ahí se pactan hasta los desencuentros, hasta el paripé de que Vox va a rechazar las cuentas andaluzas. ¡Ni borrachos y ni hartos de coles!

Así las cosas, si los cogen infraganti, practicando el deporte nacional que convierte a la política en una gran cama donde se amanceban "extraños compañeros" (Charles Dudley Warner, editor del periódico Courant de Hartford, en Connecticut, EEUU), siempre pueden alegar que fue con la puntita y sin querer.

¿Tragarán Macron y Valls con esa versión tan mínima del enjuague? ¡Qué sabe nadie!

Para completar el tocomocho, Rivera Riverita y los suyos anunciaron que levantarán el cordón sanitario de silicio contra el PSOE y pactarán "excepcionalmente" con los socialistas barones a la violeta y otros especímenes menores sin exigir que renieguen de Pedro Sánchez y todos sus apóstoles, y sin las 2.500 flexiones que incluían la letra pequeña y los perejiles de la anterior bravata.

Para no quedar como unos grandes bocazas, como unos trileros del digo y el Diego, quieren que los sociatas firmantes de acuerdos abracen el artículo 155 como una exigencia nueva y eterna, si Torra persiste en hacer la cabra y coger carretera y manta cada cuarto de hora Montserrat arriba.

Aunque el PP está encantado con la deriva de Ciudadanos por eso de que lo ha declarado "socio preferente", la prensa de derechas quiere vendernos también que el partido de Albert Rivera lo ha hecho de dulce con el PSOE, al plegarse a alcanzar acuerdos con los socialistas por el bien de España. Sí, por el bien de España. Coño, cuánto desgaste para la pobre España, ¿no?

A lo que iba, tanta coba, tanta vaselina, me tiene mosca. ¿No estarán abonando estos piratas el cacareado pragmatismo de Pedro Sánchez para hacer la jugada del polvorón entre el PSOE y Ciudadanos? ¿No será por indicación del Ibex-35 y los del taco? Previo pago, claro.

Espero que al líder de los socialistas y a sus asesores no se les haya olvidado que "no" sigue siendo "no" tras escuchar alto y claro la noche del 28-A que "no con Rivera" aunque sea 2.0.

Todavía es demasiado pronto para que el efecto burbuja en Moncloa esté haciendo estragos, para que el virus de la gilipollez esté afectando las neuronas presidenciales.

No creo sinceramente, como dicen las lenguas de serpiente, que la reciente visita de Susana Díaz haya dejado secuelas.

En fin, visto lo visto, lo más sensato y lo más decente es articular una mayoría con Unidas Podemos y el PNV, y dejar que Ciudadanos se cocine en sus veleidades ultranacionalistas hasta que supure.

Eso sí, el acuerdo con Pablo Iglesias y Aitor Esteban no sería por el bien de España, sino por el bien de los españoles.

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