Entre leones

El plan de Ayuso

Me rindo: Isabel Díaz Ayuso es pura magia. Cuando Madrid estaba sumergida en el caos de los últimos coletazos de la primera ola del bicho, llega la presidenta y se marca un chotis en modo de confinamiento por áreas de salud que ha convertido a la comunidad en una de las tres con menos casos en esta segunda ola.

Dichas áreas sanitarias sirven de bien poco –no sirven para nada para ser sinceros-, pero han funcionado a la luz de algunos datos y del fervor de sus propagandistas, que la están poniendo de ejemplo de gestora internacional de la COVID-19. En USA, Reino Unido, Australia, Chile, Indonesia, Madagascar, China, etc., estudian detalladamente el ‘milagro madrileño’, un ‘plan más propio de la Virgen de la Paloma hecha Ayuso’, según proclaman los palmeros que salpican las tertulias patrias de embustes, desbarres y me llevo 33.

Tanto poderío acumula la susodicha que hasta se ha permitido el lujo de pasarse por Cataluña para darles a los independentistas un ‘ppo’ sobre cómo conseguir el respaldo de la ciudadanía poniendo cara de tonta del bote. Y encima, aparte esas luces largas y ese empaque de mujer de Estado, parece buena gente: hasta ahora, no se le ha pasado por la cabeza fusilar a 26 millones de españoles que no piensan como ella. Es verdad que es un poquito novia de la muerte, pero con esos hábitos que viste lo disimula. Con un padrenuestro y 1.500 avemarías, limpia de polvo y paja para poder pecar de nuevo cuando le venga en gana.

¿Rastreadores? Para rastreadores, los de las pelis del Oeste de las 15,45 horas, después del tiempo de Telemadrid, con las dos muchachas vistiendo como de almacenes Arias. Esos sí que son rastreadores con un par de espuelas. ¿O es que alguien va a dudar de que John Wayne, James Stewart o Gary Cooper son los mejores rastreadores que puede tener una comunidad gobernada por Ayuso?

Por cierto, ¿conocen ustedes algún ciudadano que haya sido llamado por un rastreador en Madrid? Si saben de algún caso, pónganse en contacto con la presidenta, que colecciona casos extraordinarios, episodios imposibles y expedientes X.

En cuanto a las pelis del Oeste, ya va siendo hora de que le compren a Enrique Cerezo otro taco, porque las actuales se repiten más que la corrupción en el PP.

¿Más personal en los centros de salud y en los hospitales? ¿Para qué, señor mío? Sí el hospital exprés Isabel Zendal, un centro que la OMS pone como ejemplo de ‘no-se -sabe muy-bien-de-qué’, se ha construido previendo esta posible carencia estructural de médicos, enfermeros, celadores y limpiadoras, y por eso no se han construido quirófanos que supondrían sobrecostes en personal imposibles de asumir.

En mi pueblo, en los estertores del franquismo, se construyó un colegio -hoy lleva el nombre de Gloria Fuertes- con un gran comedor, pero se les olvidó la cocina. Otro lince como la lideresa madrileña. Ambos dos beben de la misma fuente de valores y principios, ¿no?

En cuanto a las vacunas, les cuento: en mi caso me dieron para la gripe a finales de octubre para el 29 de diciembre. Después de enfadarme, me serené y pensé: oye, igual me vale también para la gripe de 2021, e incluso podrían ponerme de camino la del COVID-19.

Nada en ella es casualidad; es una maga antiCOVID, una mujer hecha vacuna. Los mogollones del centro, por ejemplo, son una muestra fabulosa de desorden, pero tienen un efecto curativo. En todos lados del mundo, las relaciones humanas cuanto más estrechas, más bicho; en Madrid, no: aquí, quien los ve por la tele en pleno Preciados se acojona tanto que duerme, con banda sonora El último ke zierre, hasta con mascarilla y no sale ni a comprar el pan.

En fin, después de una relevación tras otra, he llegado a la conclusión de que Trump es un aficionado al lado de Ayuso, y me he convencido finalmente de que, como cantaba una chirigota callejera y gaditana, el plan de Ayuso contra el COVID-19 es tan genial como sencillo y se resume en tres palabras: "¡Maricón, el último!"

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