Entre leones

Esperpento en el PP

Esperpento en el PP
Varias personas, con una pancarta que reza, 'Casado traidor' en una concentración de apoyo a Díaz Ayuso, en la sede del Partido Popular, a 20 de febrero de 2022, en Madrid (España).- EUROPA PRESS

Cuando trascendió que la dirección del PP quería denunciar un caso de corrupción en la Comunidad de Madrid, con Isabel Díaz Ayuso y su hermano Tomás supuestamente implicados en el cobro de una comisión de 300.000 euros, me extrañó que la derecha española hubiera aprendido la lección de tanta mangancia vitaminada durante los mandatos de Aznar y Rajoy. Pero había que esperar, y, efectivamente, en apenas unos días, el gesto de ejemplaridad se ha diluido como un azucarillo, y donde dije digo, digo Diego.

Y la corrupción, una vez más, sigue siendo para la derecha española business. Y la mordida es una comisión legal y legítima. La ética y la moral se las zamparon a dos manos Milton Friedman y Friederich von Hayek.

Las palabras de Teodoro García Egea, que por momentos me recordó a Media Verónica Pérez, aquella muchacha del PSOE sevillano que se declaró como la única autoridad socialista con mando en plaza cuando Susana Díaz echó a Pedro Sánchez de Ferraz. Sí, cuando dijo solemnemente que era el secretario general del PP, sonó a chiste. Ahora, con el devenir de los acontecimientos, sus palabras se han tornado en una especie de preludio de funeral político: el suyo.

Y si Egea está muerto en vida, al presidente del PP, Pablo Casado, le quedan dos telediarios. Después de reprochar a Isabel Díaz Ayuso haber facilitado a su hermano el cobro de una comisión de 300.000 euros por la compra de mascarillas cuando morían 700 personas diarias en España, la recogida de velas que ha protagonizado azuzado por los barones del PP lo convierte directamente en un líder caído.

Recurriendo al diccionario andaluz de palabras perdidas, es una josifa, una jocifa o una jofifa, todas procedentes de la palabra árabe aljofifa. Una fregona en los tiempos que corren.

Pero este episodio que por momentos abrió en canal al PP y que ha acabado cerrado en un santiamén con un costurón de compromiso, tiene también su componente literario. Podría ser un sainete, dada su brevedad, pero también podría ser una astracanada, porque es de suponer que al remate ‘de aquí no ha pasado nada’ tras el encuentro de Casado con Ayuso, tiene todavía algo más de miga. O no, que diría Rajoy. También podría servir para una greguería. Gómez de la Serna la hubiera bordado sin mucho esfuerzo intelectual por su parte.

Pero yo me decanto por el esperpento, que, según el diccionario de la RAE, es un género literario que se caracteriza por la presentación de una realidad deformada y grotesca y la degradación de los valores consagrados a una situación ridícula y de poca vergüenza. El maestro del esperpento en nuestra literatura es ni más ni menos que Ramón María del Valle-Inclán, que de estar vivo hubiera compuesto una obra maestra del género con los personajes que han ilustrado esta degradación del PP en vivo y en directo.

Estoy convencido de que el tal Carromero y el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, hubieran sido el hazmerreír de todos embutidos en gabardinas detectivescas. Casado y Ayuso, tan desvergonzados, tan golfos, tan amorales, también hubieran dado mucho juego, aunque en un papel de villano coprotagonizado. El hermano de Tomás quizás hubiera interpretado un papel de can o de hombre lobo, por aquello de la mordida. Egea sería, sin ningún género de dudas, el muerto en el entierro.

Lo dicho, un esperpento, con un toque de vodevil. Una vez que se conozcan todos los enredos de la ‘sala de guerra’ de estos herederos de Mortadelo y Filemón, descubriremos diálogos picantes y tramas amorosas.

Pero una vez que hemos echado unas risas, pongámonos serios (lo justo y necesario) para poner punto y final a estas parrafadas de pobrecito hablador. ¿Qué ha pasado con los 700 muertos diarios sobre los que Ayuso y su hermano han hecho business? ¿Dónde están los 300.000 euros de vellón que se llevó el hermanísimo Tomás por ser un mago de las mascarillas en tiempos de pandemia y tener a su hermana al frente del Consejo de Gobierno?

Y otras preguntas que nos hacemos muchos: ¿Por qué el PP, tan sensibilizado con la corrupción y necesitado de ejemplaridad, no puso en conocimiento de la Fiscalía una práctica supuestamente delictiva? ¿Qué broma es esa de que el dossier de estas nuevas guarrerías populares salió de Moncloa? (a Carlos Herrera, de tanto preguntarlo por poco no le da un síncope en la entrevista a Casado) ¿Otra vez la teoría de la conspiración como cortina de humo para tapar las desvergüenzas?

Y por último: ¿No debiera ser Ayuso como la mujer de César?

Me temo muy mucho que, con más de 3.000 conmilitones jaleándola en la puerta del circus de Génova, la mujer del César se va a comer a los leones -y a las gaviotas- emparedados con las tapas del código ético y de conducta del PP.

Más Noticias