La querella contra Pujol y la vieja guardia socialista

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Debate completo entre Alfonso Guerra y Juan Carlos Monedero en Cuatro

"¿Quiénes son los héroes del Panteón de ilustres de España?". La pregunta me la hacía un embajador latinoamericano que no entendía cómo podíamos ser un páis con tantos desaparecidos y fosas comunes. Tuve que contestarle que desde la guerra de la Independencia no había entrado, que yo supiera, nadie. Una gran diferencia con el resto de Europa, donde haberse opuesto a los nazis es considerado una señal de decencia. Aquí un ministro de Franco que sancionó sentencias de muerte bajo la dictadura fue uno de los padres de la Constitución. No remuevas viejos odios, nos dicen. Esa impunidad, como no puede ser de otra manera, la trasladamos a la política. Y maneras franquistas siguen anidando en la universidad, en las redacciones de los periódicos, en los juzgados, en las fábricas y oficinas, en la diplomacia y la oficialidad, entre los registradores de la propiedad y los notarios, en las alcobas y en las sacristías. Y, por supuesto, en los partidos politicos.

Dice Jiménez Villarejo, ex eurodiputado de Podemos y ex fiscal anti corrupción, que cuando el gobierno de Felipe González presionó para que se desestimara su acusación contra Pujol y otros directivos que habían arruinado Banca Catalana, sentó las bases de la impunidad de la política. No ha habido un solo tesorero del PP que no haya estado imputado en casos de corrupción (Aunque, salvo Bárcenas -y a ver- siempre se libraron de una forma u otro de la cárcel). El PSOE tuvo que moderar las formas después del caso FILESA, pero los bancos han seguido regalándole dinero y ellos indultando a banqueros. CiU era el del problema del 3%, pero todos callaban. El PNV supo de los beneficios de las máquinas tragaperras. En Madrid, el largo brazo del ladrillo y la corrupción inmobiliara se extendió por casi cada esquina de la política. Qué tiempo desaprovechado para limpiar nuestra casa. La casta era sobre todo casta por la impunidad con la que actuaba.

La importancia de la querella contra la familia Pujol presentada por Podemos (con el asesoramiento legal de Gloria Elizo y Carlos Jiménez Villarejo), por Guanyem Barcelona (con Jaume Asens y Gerardo Pisarello en los equipos jurídicos), apoyada por IC-V y organizaciones sociales catalanas, es de radical importancia por tres cosas: porque demuestra que la sociedad civil, que es quien ha hecho la querella, ha perdido el miedo a los poderosos; porque es una adelanto de la nueva forma de hacer política que estamos inventando; y porque le permite a una persona como Carlos Jiménez Villarejo desquitarse, en nombre de tantos otros, de quienes hicieron de la política un juego bastardo de poder donde ganaban los de siempre y eran derrotados los honrados.

Le preguntaba esta mañana a Alfonso Guerra, en aquel momento Vicepresidente del Gobierno, por las presiones del PSOE contra los fiscales Mena y Villarejo; le preguntaba por el rescate a CiU y a los sinverguenzas que se envolvían en banderas para ocultar sus verguenzas; le preguntaba por el pozo de indecencia en el que tuvimos que vivir sin protestar porque estábamos recuperando los niveles de bienestar que nos habían robado los padres y los abuelos de los que ahora mandan. Preguntarle por la injusta ley electoral, por los ataques constantes a los que quieren inventar algo nuevo, por el abandono de todas y cada una de las luchas de su juventud. Como respuesta sólo he encontrado a un Alfonso Guerra levantando la voz con la impotencia del que sabe que no tiene razón. Qué poco queda de aquel otoño del 82.