Cuando la política pueda susurrarse

Captura de pantalla 2015-04-01 a la(s) 13.11.09

En "A vivir que son dos días", el programa de fin de semana en la Cadena Ser que dirige Javier del Pino, nos juntamos gentes que hemos dado un salto a la política sin terminar del todo de soltar  nuestras prevenciones hacia la política de partido. Quizá no sea extraño que, por eso, el grueso de los invitados estemos en la órbita de Podemos. Llama la atención del debate el tono pausado, la posibilidad de intercambiar puntos de vista sin necesidad de gritos y aspavientos, el respeto a las otras opiniones y la voluntad de construir consensos al tiempo que se disiente. La verdad, si esto fuera la política, daría gusto.

Pero no es el caso. Las tertulias de televisión han traslado al mundo de la política lo que era lugar común en los mal llamados programas del corazón. Bussines is bussines. El negocio manda. Directamente en forma de audiencia o indirectamente en forma de publicidad o apoyo institucional del gobierno. La televisión es rehén de la atención de los espectadores. La publicidad se basa en esto. Es cierto que si baja la adrenalina, es bastante probable que la gente apague la televisión y coja un libro o una revista, o decida ver una película, o se vaya a la calle o al piso de arriba a hablar con los vecinos. Por eso la televisión no puede soltarte. Y si está a punto de ocurrir una tragedia, van a soltar un mazazo, un insulto, un escupitajo ¿cómo vas a mirar hacia otro lado? Cuando algunos conocidos personajes, que incluso son buena gente en los intermedios y acarician a sus hijos en casa, se convierten en unos energúmenos, mienten, insultan o se comportan como chulos de barrio en los platós, no están sino entregando su voluntad a las necesidades del medio. Su misión es atraer a toda la tertulia hacia ese cenegal. Y no lo hacen mal. Cierto que uno se pregunta qué dirán de ese comportamiento sus seres queridos. Pero seguro que, cuando se miran en el espejo por la mañana, se repiten ¿no es más duro conducir un camión o reponer en un supermercado?

En una saturniana y nocturna tertulia política en televisión, el representante del PP, diputado, resumió la posición de su partido ante la debacle pepera en las andaluzas: estamos contentos porque el PSOE ha tenido el peor resultado de su historia. El del PSOE estaba igualmente encantado de conocerse. Aunque nadie entienda para qué adelantar unas elecciones si el resultado te deja peor que como estabas. En otras palabras, que el adelanto electoral de Susana Díaz, que buscaba solamente descolocar a Podemos, no le ha salido y debiera pagar un precio por mentir a su electorado. Y aunque ahora diga Diego donde antes dijo digo, no cuela: esa es la política que ha alejado a la ciudadanía de sus representantes. Y contamina todo lo que toca. Por si fuera poco, ha dejado claro que no está dispuesta a limpiar en su partido no vaya a ser que alguien tire de la manta. Más de lo mismo. Y todos, incluidos los andaluces que arrastran la peor tasa de desempleo de España, perdiendo el tiempo. En política, el interés que prima es el de los partidos. Unos días después Bárcenas diría que el responsable de la Gürtel es Rajoy y la jefa de campaña de Esperanza Aguirre visitaba el juzgado por la Púnica. Pero parece que no pasa nada. Salvo que un presentador de Cuatro es defenestrado porque los grandes partidos le han señalado con su dedo con diana en la yema. ¿Se puede huir de este escenario del crimen? No es fácil la política cuando enfrente hay comportamientos que vemos en algunas peculiares familias de las series de televisión.

Quizá un día los debates en España se parezcan al que tuvimos este domingo en la SER. Dicen los que inventan con cierta alegría que una vez, allá por los sesentas, el Che le preguntó a Fidel si alguna vez verían el acercamiento entre Cuba y los Estados Unidos. Castro le habría contestado: ¡Cuando el Presidente de los Estados Unidos sea negro y el Papa latinoamericano! Entonces ¿por qué perder toda esperanza?

http://cadenaser.com/programa/2015/03/27/a_vivir_que_son_dos_dias/1427470181_585070.html