No es un capricho de ancianos cascarrabias

No es un capricho de ancianos cascarrabias

No es un capricho de ancianos cascarrabias. Es un derecho. Y quien defiende un derecho lo defiende también para los que vienen detrás. Dice la Constitución en su artículo 50: "los poderes públicos garantizarán, mediante pensiones adecuadas y periódicamente actualizadas, la suficiencia económica a los ciudadanos durante la tercera edad". Esa batalla se ganó después de la muerte del dictador: que el final de tu vida no sea un infierno de inseguridad. Es un símbolo de civilización. Pero el modelo económico que defienden el PP, Ciudadanos y, desgraciadamente, una parte del PSOE dice que la vida es muy dura y tienes que competir hasta al borde de la fosa. Los de atrás, que arreen. Los que pelearon una vez están diciendo que tienen disposición para pelear otra vez.

El PP ha querido ver hasta dónde aguantaban los pensionistas. Está convencido de que si ganó una vez una guerra, ahora puede ganar otra. El fondo es el mismo: que los más paguen el privilegio de los menos. Como se han fundido este país, tienen que ir ahora incluso contra los que no pueden ir. Son las contradicciones del sistema. El modelo es cortoplacista, y si el PP se sacrifica para mantener el beneficio de los de siempre, se va a la oposición pero, en su lectura, viene Ciudadanos (antes el PSOE) y siguen ganando los mismos. De lo que no se dan cuenta es de que los pensionistas tienen mucho enfado porque no están peleando solamente por ellos y ellas: su principal ilusión es vivir sin la angustia de que dejan detrás un mundo perverso, duro, violento y sin esperanza.

El PP ha hecho dos trampas: decir que las subidas serán eso dos euros de Celia Villalobos mientras que la Seguridad Social sea deficitaria. ¿Y las autopistas? ¿Y los bancos? ¿Y la corrupción? ¿Y el fraude fiscal? ¿Son deficitarios? La otra, el factor de sostenibilidad, que dice que las pensiones dependen de cuántos sobrevivientes queden. Es decir, están colocando un cartel delante de las residencias que dice: "por favor, sean breves". Igual que sus amigos en Argentina, Brasil o Chile.

Trabajamos 1,7 millones horas menos que cuando la estafa se convirtió en crisis. Como han empeorado los salarios, la cotización media por trabajador ha caído en los últimos cinco años de 6.146 a 5.902 euros. Menos trabajo, de peor calidad y peor pagado. Eso es una apuesta ideológica, no técnica. La mayor tranquilidad para los pensionistas es que sus hijos y sus nietos tengan un trabajo digno. Y este sábado, porque ya no creen al PP, van a volver a recordárselo. Y ahí van a estar además, las mujeres y los jóvenes. Los abuelos y abuelas van a volver a sacar las banderas del año en que Franco murió en la cama pero el franquismo murió en la calle. Y el padre de Laura, que es carpintero jubilado va a recuperar el lápiz rojo para apuntar todo lo que ganaron y ahora quieren quitarles. Para que no se nos olvide cada agravio.