Mis 92 cuentas, el contrato de Garamendi y Villarejo en Génova

Mis 92 cuentas, el contrato de Garamendi y Villarejo en Génova
El cofundador de Podemos Juan Carlos Monedero levanta el brazo a su salida de los Juzgados de Plaza de Castilla.- EUROPA PRESS

Nadie en su sano juicio pensaría que algún vecino, por algún tipo de animadversión, buzoneara a todo el edificio diciendo que eres un borracho y un drogadicto, que tu pareja se acuesta con alguien del quinto piso, que afirmara que tiene pruebas de que eres un ladrón y que sabe de buena tinta que te está persiguiendo la Policía para detenerte por un asunto de pederastia. Y que todo eso, siendo patrañas, no tuviera consecuencias. Ninguna consecuencia. Vamos, que te pudieran arrastrar por el barro gratis. Pues eso es lo que viene pasando con Podemos desde hace ocho años. De los nueve de vida. El primer año se lo tomaron para ir viendo.

Mentiría si no dijera que contar la verdad sobre la persecución a Podemos solo sirve para la gente decente. Hay otra gente inasequible al desaliento. Por ejemplo ayer, cuando se ha sabido que la Unidad de Ciberdelincuencia de la Policía ha dicho que otra vez la UDEF ha mentido en un informe diciendo patrañas contra alguien de Podemos, no pocos han recurrido, como hacen los medios de la derecha y la extrema derecha, a buscar otra causa para seguir creyendo que tienen razón. Vale, la factura no era falsa. Pero ¿y las 92 cuentas? ¿Y Venezuela? ¿Y Hacienda? ¿Y lo de Irán? La verdad les da lo mismo: les molesta la existencia de Podemos, quieren creer en su culpabilidad, y en la deriva de nuestra democracia hace tiempo que han asumido que mentir no solo vale, sino que es una de las armas más poderosas.

Hace dos años me imputó el juez Escalonilla sobra la base de un informe de la UDEF, la Unidad de Delitos Económicos y Financieros. Se trata de la unidad de la Policía encargada de tratar, en el mundo de la globalización, con los delitos de dineros sucios, mafiosos, banco tramposos, guaridas fiscales, papeles de Panamá, fondos buitre, narcos, blanqueadores y demás habitantes de las cloacas financieras. Una unidad central y de élite en cualquier Policía en el mundo.

Pudimos escuchar al máximo responsable de la UDEF, José Luis Olivera, decir a sus interlocutores Ferreras y Casals: "tampoco es muy costoso el meterle una cuenta a Pablo Iglesias de hace 5 años y luego que expliquen".

Pero Spain is different. Pudimos escuchar al máximo responsable de la UDEF, José Luis Olivera -en uno de los audios donde se demostraba también que Antonio Ferreras es, como periodista, un mafioso, como Ana Rosa Quintana y tantos periodistas "de raza" de España-, decir a sus interlocutores: "Tampoco es muy costoso el meterle una cuenta a Pablo Iglesias de hace cinco años y luego que expliquen". A lo que apostilló Villarejo con maneras de poeta: "Eso te lo hacemos con el rabo". Ni Mauricio Casals, directivo de Atresmedia, el que paga a Vicente Vallés su telediario, ni Ferreras, el  periodista que sabemos que publica información falsa aunque sea burda, les pareció mal la cosa ni, por supuesto, la denunciaron.

La UDEF dijo que yo había hecho una factura falsa para cobrar una comisión por una supuesta intermediación. Supongo que si intermedias para vender algo al Ayuntamiento de Madrid o a la Comunidad y eres familiar de Almeida o de Ayuso, todo está en orden. Pero en mi caso ni siquiera había una comisión por intermediar en nada. Era diferente. Necesitaban una pieza de caza mayor. Un fundador de Podemos. Hacía falta implicarme. La factura, decía la UDEF provocando risa en el mundillo, era falsa porque la había hecho un domingo, porque había cambiado el orden al uso al poner primero al que la emite y después el pagador (aunque cuentas, cantidades, fechas y demás estuviera todo en orden), porque poner "consultoría" era propio de  blanqueadores y mafiosos, porque escondía un pago por haber contratado Podemos a Neurona para las elecciones convocadas en abril y, la gran conclusión, porque la factura me la había inventado a finales de febrero o marzo cuando me la había pedido el banco.

La cosa, desde mi punto de vista y pasado el pasmo, era sencilla. Por supuesto que, como le dije al juez, bastaba con que me hubiera consultado antes de imputarme y le hubiera demostrado que la UDEF, de nuevo, mentía. Pero entendió que convenía imputarme. Así que tuve que esperarme hasta el día de mi comparecencia.

Cuando declaré le enseñé al señor Juez las fotocopias de los cuatro correos remitidos a finales de diciembre y en enero a Neurona -no en marzo, cuando el banco me pidió justificar el ingreso como es habitual- explicándoles el trabajo realizado, el total que iba a factura y, finalmente, la factura. Si la factura era de enero y las elecciones se convocaron en abril -porque ERC decidió finalmente no aprobar los presupuestos-, difícilmente iba a saber nadie en enero que se iban a convocar elecciones. Por lo tanto, argumentar que la factura era una comisión por contratar a una consultoría por un trabajo que no se sabía siquiera que iba a tener que hacerse, dejaba al argumento de la UDEF por el suelo.

La UDEF decía en el auto sobre el que se basó supuestamente el juez: la factura es falsa, además, porque la ha elaborado cuando le fue reclamada por el banco. Gran afirmación. Pues los correos demuestran que es mentira. Que el banco me la reclamó a finales de febrero y que la factura se hizo meses antes, cuando, al finalizar el año, facturé a mi cliente.

Pero no solo eso. Es que este grupo de élite decía en el auto sobre el que se basó supuestamente el juez: la factura es falsa, además, porque la ha elaborado cuando le fue reclamada por el banco. Gran afirmación. Pues los correos demuestran que es mentira. Que el banco me la reclamó a finales de febrero y que la factura se hizo meses antes, cuando, al finalizar el año, facturé a mi cliente. No cuando me la reclamó el banco. Mal asunto cuando los policías mienten. Y debieran ser los buenos policías los que no consintieran esas manzanas podridas.

A esa gente de la UDEF, seguramente amigos de Villarejo, les da lo mismo. ¿No le dijo su jefe a Ferreras que si hacía falta se inventaban una cuenta de Iglesias en algún sitio y que tuviera que salir a dar explicaciones? Lo importante es que ya tenían apertura de telediarios, tertulias con Ana Rosa Quintana y Susanna Griso, La Sexta Noche con Iñaki López, Inda y Marhuenda, Cuatro con Joaquín Prat, Jiménez Losantos dando voces desde la radio de las mil colinas y Carlos Herrera diciendo a su católica, apostólica y romana audiencia que tenían que cazarnos con lazo porque, la UDEF lo había dicho, los de Podemos son unos ladrones. Y, por supuesto, portadas en todos los periódicos de España.

El juzgado número 42 de Madrid que preside el Juez José Escalonilla ha necesitado dos años para verificar que, efectivamente, los correos que le presenté el día que fui a los juzgados de Plaza Castilla (gran festín de medios) eran correctos y que, por tanto, las acusaciones de la UDEF son falsas y que, por tanto, mi imputación no se sostiene. Dos años.

El juzgado número 42 de Madrid que preside el Juez José Escalonilla ha necesitado dos años para verificar que, efectivamente, los correos que le presenté el día que fui a los juzgados de Plaza Castilla (gran festín de medios) eran correctos y que, por tanto, las acusaciones de la UDEF son falsas y que, por tanto, mi imputación no se sostiene. Dos años. Siempre pensé que si el juez hubiera visto esos cuatro correos antes de imputarme me hubiera ahorrado estos dos años de señalamiento. Pero por razones que se me escapan no fue el caso. ¿Qué hubiera hecho OK Diario todo este tiempo? Que tiene que justificar el dinero de todos los madrileños que le da Díaz Ayuso.

En este proceso, además, la UDEF volvió a mentir una vez más. Como mi defensa pidió al juez que abrieran de una maldita vez los correos, algo que, pensábamos, no era tan complejo, Escalonilla emitió un auto a la UDEF para que obrara. No le correspondía verificar la validez de los correos a la UDEF, sino a la Unidad de Delitos Informáticos y Ciberdelincuencia. Pero el hombre propone y Dios dispone. El día que declaré, hace dos años, ya me ofrecí al juez a ir al juzgado con mi ordenador y que abrieran los correos. Volví a proponerlo más adelante. Pero las cosas de palacio van despacio. Para pasmo mío y de mis abogados, la UDEF contestó, varios meses más adelante, diciendo que no había podido abrir los correos... ¡porque yo me había opuesto! Cuando era un mandato del juez de que los abrieran. Y que, por tanto, sólo habían podido estudiar las fotocopias que adjunté en la comparecencia. Y como en esas fotocopias, dijeron con una caradura inabarcable, había tachones (había tachado solamente la parte final de mi correo electrónico para evitar que me bombardearan el correo) pues insistían -textual: insistían- en que la factura era falsa. No cumplían con el mandato del juez para mentir con toda la tranquilidad.

Uno de los elementos que ha complicado aún más todos estos procesos es que los jueces aceptan como acusación particular a Vox y a asociaciones vinculadas a Vox. De manera que todos los procedimientos los tenían y usaban esos abogados honestos conocidos en la profesión por sus virtudes. Cuentas del banco, informes de la Policía, declaraciones de testigos... Por casualidades de la vida, de todo lo que ha tenido que ver con Neurona, al igual que de todas las demás acusaciones, me he enterado antes por los panfletos de la extrema derecha que por el juzgado. No se sabe cómo, el condenado Inda y su bazofia digital ha estado dos años publicando información judicial proveniente de sumarios secretos filtrada de vaya usted a saber dónde.

En fin, que el juez Juan José Escalonilla abrió hace más de dos años una macrocausa contra Podemos que tenía como base las acusaciones de un gerente que había sido despedido de Podemos por comportamientos que la dirección entendió eran incompatibles con su cargo. El gerente nunca ha aportado una sola prueba de sus acusaciones a Podemos y sus dirigentes. Cuando le preguntó el juez en su comparecencia si tenía pruebas de lo que afirmaba contestó: no. Son rumores, lo escuché por ahí, se comentaba... Pero el juicio continuó.

El juez Escalonilla abrió hasta diez piezas. Todas fueron portadas en los medios de todo el país. Todas abrieron los informativos: sobresueldos, caja B, obras en la sede, caso niñera... Ya ha archivado nueve. Porque no había el mínimo indicio de nada. Salvo para abrir las piezas.

El juez Escalonilla abrió hasta diez piezas. Todas fueron portadas en los medios de todo el país. Todas abrieron los informativos: sobresueldos, caja B, obras en la sede, caso niñera... Ya ha archivado nueve. Porque no había el mínimo indicio de nada. Salvo para abrir las piezas.

Queda el llamado "caso Neurona", abierto en su día porque, supuestamente, la consultora nunca habría realizado el trabajo electoral para el que se le contrató. El juez ya ha reconocido que el trabajo se hizo. Pero en vez optar por cerrarlo, lo mantiene abierto con la nueva acusación de que el precio pagado es muy caro. Una campaña electoral de 300.000 euros. El PP y el PSOE se gastan decenas de millones. Pero 300.000 euros son sospechosos. El Señor escribe recto con renglones torcidos.

La UDEF, la misma que ha mentido en mi caso al menos dos veces demostradas, la que dijo que podía inventarse cuentas para la gente de Podemos, le contó este verano al juez García Castellón, conocido por su animadversión contra Podemos y al que sus superiores le han cerrado instrucciones por "prospectivas" (investigar sin pruebas ni denuncia solo a ver si encuentras algo), que yo era titular de 92 cuentas. Titular. Me asusté, porque podían haberlas inventado. 86 solamente en Triodos. Pero no. Solo tengo dos cuentas. Fui apoderado entre 2014 y 2015 de las cuentas que se abrían en municipios y grupos parlamentarios de Podemos porque soy uno de los fundadores y teníamos que autorizarlas nosotros. Cuando dejé la Ejecutiva en 2015, entregué mi firma. Y ahí se terminó mi vinculación. Tengo dos cuentas. Pero la UDEF escribió en el auto aun sabiendo que era mentira: Juan Carlos Monedero es titular de 92 cuentas. Por lo tanto, ¿cómo no va a estar blanqueado dinero?

Hay gente que nos pregunta que cómo hemos aguantado. Y siempre les decimos: ¿cuándo no han perseguido a la gente de izquierda en la historia de España?

Pues esta es la historia de algunos jueces y algunos policías con Podemos. Uno de estos jueces no vio indicios de delito cuando Villarejo se reunió con Dolores de Cospedal en Génova conspirando para destruir pruebas. No creo que ningún juez, de oficio, acuse al Presidente de la Patronal, Garamendi, de ser un falso autónomo., aunque haya cobrado de un único pagador más de 400.000 euros. ¡Pero ay si alguien de Podemos hubiera hecho algo parecido!

La verdad es que sin hacer nada nos pasan estas cosas. Y no es extraño que en Europa piensen que el Estado de Derecho en España sigue teniendo demasiados residuos del franquismo. Hay gente que nos pregunta que cómo hemos aguantado. Y siempre les decimos: ¿cuándo no han perseguido a la gente de izquierda en la historia de España?