Las carga el diablo

El ridículo cabreo del consejero andaluz de Justicia

Hartito estoy de soportar a políticos que quieran llevarnos a los periodistas el manillar de la bicicleta. Pero que muy harto de tanto descolocado prepotente que piensa que los tentáculos de su poder están en condiciones de abarcarlo todo.

Yo entiendo que Esperanza Aguirre, por ejemplo, monte en cólera cuando llega a un sitio de incógnito, se encuentra un equipo de Telemadrid y acto seguido se permita, no solo preguntarles qué hacen allí, sino echarles un broncazo por estar en un sitio en el que a ella no le interesaba contar con cobertura periodística. Entiendo que Aguirre se atreva a estas cosas porque de una persona como ella lo que resultaría ingenuo sería esperar lo contrario.

También entiendo que Fidel Castro viaje a España, le pregunten en rueda de prensa una presunta indiscreción fuera de guión y conteste exaltado: ¿Y cómo tú lo sabes? Lo que quería decir en realidad es "cómo te atreves", pero los reflejos le debieron hacer caer en la cuenta de que no estaba en su país y que aquí, al menos sobre el papel, la prensa todavía pregunta lo que le da la gana.

Pero lo que no puedo entender, ni admitir bajo ningún concepto, es que un consejero socialista andaluz ("socialista", esa etiqueta que antes servía para denominar a un político de izquierdas), titular de la cartera de Justicia e Interior, se cabree porque una colega suya llamada Mercedes Alaya le reviente la fiesta de toma de posesión y eso lleve a Emilio de Llera, que así se llama el consejero, a perder los papeles con los periodistas.

Cuando, tras la presentación pública del flamante gobierno andaluz, vio venir en tromba hacia él micrófonos y cámaras lo que menos podía imaginar es que iban a contarle que Alaya acababa de hacer público un auto en el que "empuraba sin empurar" a Chaves, Griñán y cinco ex altos cargos más de la Junta por el inacabable asunto de los Eres.

- ¿De verdad lo ha sacado hoy? preguntaba un estupefacto de Llera, que empezaba a sospechar que se había metido en un charco atendiendo a los periodistas. La vanidad le había impedido maliciarse que podía tratarse de un marrón y ahí estaba ahora el hombre procurando que no se le notara demasiado el desconcierto:

- Será otra casualidad, decía, increíble que haya elegido para hacer público el auto el día de la toma de posesión del nuevo Gobierno.

Y entonces fue cuando, de todas las opciones que un político tiene para salir de un jardín como ese, Emilio de Llera Suárez-Bárcena eligió la peor:

- No vamos a hablar más de la juez, proclamó rotundo. Hoy el protagonismo es del Gobierno, y vamos a hablar del Gobierno, que es mucho más importante que cualquier juez que haya en Andalucía.

¡Ea! Otro político más empeñado en arrogarse la potestad de ser él quien atribuye el grado de importancia a los asuntos de actualidad. Otro Mariano. Otro Umbral dispuesto a liarla parda si no se habla de su libro. ¡Qué cruz!

Señor de Llera, le invito a que repita conmigo cinco cositas. Es fácil, a ver:

1. En España existe la libertad de prensa, aunque muchas veces no lo parezca.

2. En Andalucía, como en todo el Estado español, los periodistas preguntan lo que les da la gana a los políticos. Ustedes, por supuesto, pueden responder lo que les parezca, que es lo que hacen.

3. El periodismo consiste esencialmente en tocar las narices al poder. Contar lo que el poder quiere que se cuente se llama propaganda, no periodismo.

4. Que los periodistas sean incómodos para los políticos es una necesidad y una garantía para los ciudadanos, que al fin y al cabo son quienes pagan las nóminas de quienes les gobiernan.

5. Igual que la realidad se empeña en estropearnos buenos reportajes a los periodistas, también a veces se empecina en destrozarles a los políticos las fiestas de su toma de posesión.

La vida es dura, consejero de Llera, pero créame, no caiga más en la tentación de matar al mensajero ni de indicarle por dónde tiene que ir su trabajo. No vuelva a hacer el ridículo recurriendo a tópicos tan manidos como que "hay cosas muy graves en la sociedad y mucha gente pasándolo muy mal para hablar ahora de lo que ustedes me preguntan".

Yo entiendo que debe joder mucho estar esperando toda la vida salir en las primeras páginas de los periódicos, que ese día llegue y que cuando te las estabas prometiendo felices porque pensabas ya en los marcos que le ibas a poner a las fotos y dónde las ibas a colgar, a los periodistas les dé por atribuirle más importancia a un auto judicial con sonoros nombres que acaban robándote el protagonismo de las portadas y desplazándote a páginas interiores:

- "Lo importante es el gobierno", repetía desesperado de Llera ante los pocos micrófonos que iban quedando a su alrededor desde que dijo que no pensaba hablar del auto de los Eres. "No se fijen ustedes en otros detalles de muchísima menos relevancia..."

Así que "nuevos tiempos", ¿no, presidenta Díaz?

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