Corazón de Olivetti

Africa, vuelva usted mañana

 

No hay dinero para Mamá Africa. Diversas regiones de Etiopía, Kenia, Guinea Ecuatorial, Yibuti y Somalia seguirán amaneciendo con hormigas en la boca. Trece millones de personas sufrirán la hambruna que se extiende por el cuerno de Africa. Pero como las bolsas no se ven afectadas por este desplome de la nutrición, por el banco malo de la sequía ni por los bonos basuras de los grandes e inútiles discursos, resulta que no hay pasta gansa para intentar evitar esa verdadera crisis.

La cumbre de donantes organizada por la Unión Africana en Addis Abeba, la capital de Etiopía, sólo arrebañó 380,5 millones de dólares de los 1.400 millones que quedaban pendientes hasta alcanzar la cota de 2.500 que la ONU calcula para aliviar la carpanta de esos lugares. "Una voz, una África contra el hambre", titularon a esa cita a la que sólo acudieron los primeros líderes de los países afectados por dicha pesadilla. El resto prefirió mandar a segundos espadas con su cheque; tan generoso como el de Argelia, tan raquítico como el de Nigeria.

A este lado del mundo, las potencias que durante siglos saquearon a Africa, seguimos saludándola con un "vuelva usted mañana". Allí deslocalizamos algunas de nuestras empresas o acaparamos tierras y yacimientos, como hacen algunos millonarios o los gobiernos de China y de Corea. Pero más allá de la larga sombra del viejo y del nuevo colonialismo, el problema de Africa sigue siendo ella misma: sesenta años después de la independencia oficial de la mayoría de sus países, buena parte de sus dirigentes aún dependen del despotismo y de la corrupción. Y quizá saben que el hambre es el mayor antídoto contra la rebeldía.

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