Corazón de Olivetti

Magia sin monarquía y monarquía sin magia

Las redes hirvieron el 5 de diciembre por la Cabalgata de los Reyes Magos de Madrid: en los platós, todos eran petronios en discusión sobre la elegancia de la indumentaria de sus majestades de Oriente, como si medio país se aprestase a conmemorar el décimo aniversario de "El diablo viste de Prada".

Sorprende el interés que ha despertado entre la opinion pública y la opinion publicada sobre este disparatado asunto que incluye el interés ecologico por un pastor de ocas y por la ausencia de los camellos –los mamíferos artiodáctilos, no los del menudeo de la droga—en la comitiva real de la Villa y Corte. Ni una palabra en los grandes medios diffusion por el hecho de que el Ayuntamiento de la presuntamente venezolana Manuela Carmena haya destinado 1500 sillas del protocolo anterior a niños impedidos, descapacitados y afines. Sorprende, desde luego que ese interés de los conservadores patrios por las tradiciones de la epifanía no incluya cierta inquietud por el hecho de que el 27 por ciento de los muertos en la Guerra de Siria sean niños, que muchos de ellos resistan seis meses de hambre y de asedio en la ciudad de Madaya o que, entre el 1 y el 8 de enero, los cuerpos sin vida de siete menores de diez años de edad fueran recogidos en las playas de Turquía.

Los usuarios de twitter saben que Cayetana Álvarez de Toledo, superheroína de FAES, no perdonará jamás a la alcaldesa de Madrid por el hecho de haber destrozado la niñez de su hija al vestir a los magos de la capital española como si acabaran de salir de una pasarela de Agata Ruiz de la Prada o del casting para un remake del Señor de los Anillos. ¿Qué diría esta buena mujer si supiera que la presencia de los reyes magos en la Biblia era apenas un burdo rumor del que se hizo eco San Mateo? Como entonces no existían las redes sociales, tardaron tres siglos en que un documento al que se conoce como el Opus Imperfectum in Mattheum que ofreciera un retrato robot un tanto ambiguo, ya que situaba sue dad entre los 20 y los 60 años, de raza blanca negra y amarilla, las únicas que se conocían entonces. Que eran persas, decían algunos. Y doce o sesenta, según diversas fuentes.

Sabios astrónomos, contaban otros. La Taverna de losTesoros, una recopilación de manuscritos siríacos y árabes, asegura que el viaje hasta Belén duró dos años y que, en realidad, los magos podrían ser sacerdotes de Zoroastro o de Zaratrusta, el de Nietsche, una religion llamada mazdeísmo qje se basaba en otra cuyos clérigos recibían el nombre de magos. Si Constantino oficializó el cristianismo como religion del Estado –la revolución francesa tardaría mucho en producirse--, fue su madre, Santa Helena, la que se hizo friki de los magos hasta que identificó sus supuestos restos mortals y los trasladó de Palestina a Constantinopla y, doscientos años más tarde, seguirían viajando después de muertos a Milán, en Italia, y finalmente a la cathedral alemana de Colonia, donde les guardan desde 1164, como una de esas estrambóticas reliquias que describe Felipe Benítez Reyes en su impeccable novella "Manuel de Espejismos": frascos con las lágrimas de la Virgen María, huevos del Espíritu Santo en forma de paloma o plumas del ala del arcángel San Gabriel. Al lado de todo esto, las magas de Valencia del día 3 de enero parecen sufragistas antiguas o postulantes del día de la banderita.

La derechona patria se aferra a la profanación de la imagen de los magos en Madrid, denunciando la presencia de Star Wars en su comitiva: como si Darth Vader y Luke Skywalker no encerrasen, en su propio mito, un trasunto del cristianismo propiamente dicho, entremezclado con la corte del Rey Arturo y los caballeros del Santo Grial.

Quizá defiendan la pureza de esa monarquía mágica porque la terrenal ha perdido toda su magia: como prueba, el discurso de Felipe VI ese mismo Día de Reyes con motivo de la Pascua Militar. En realidad, al verle y al oírle, parecía que le hubieran puesto de regalo una tele de plasma con las obras completas de Mariano Rajoy. Mala estaría la cosa como para que, al término de la ceremonia, ese mismo día y en unas declaraciones improvisadas, Pedro Morenés se asemejara a Demóstones en comparación con Su Majestad.

¿Qué dirá Cayetana Álvarez de Toledo sobre el condado de Barcelona ahora que los secesionistas catalanes van a tener por fin un presidente? ¿Qué niñez le robará a quién la Infanta Cristina en el banquillo de los acusados? Aunque, en la España reciente, hubo reyes como Fernando VII que estuvieron encerrados en el Palacio de la Aduana de Cádiz durante el trienio liberal, ninguno de su familia se había sentado ante un juez para responder por delitos civiles. Cristina de Borbón, en ese sentido, es innovadora, una pionera en su género. Su hermano intentó sin suerte que renunciara al infantado y tuvo que quitarle el ducado de Palma de Mallorca en contra de su manifiesta voluntad. Ahora, sin embargo, tiene a la caballeria de su parte: el fiscal no la acusa, la instrucción le atribuye un delito civil y solo la acusación particular le une, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza a su esposo y socio Iñaki de Urdangarín, que según todos los indicios de la instrucción ha demostrado que no solo sabía meter la mano en las canchas donde se batió como balonmanista. También podia meter la pata aunque nunca se federase como futbolista.

Así que, se admiten apuestas, el paso de Cristina por el banquillo será tan fugaz como la Estrella de Oriente. Tres magistrada magas resolverán la vista oral del caso, seis años después de que se iniciaran las primeras investigaciones sobre el desvío de 2,6 millones de euros. Está claro que hasta ahora ha habido un mago real en todo este proceso, el juez José Castro, cuya independencia no han logrado comprar ni con mirra, ni con incienso ni con oro.

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