Una conversación con Eduardo Galeano
Tenía la mandíbula recia, de mascullar razones contra la sinrazón. Sin embargo, lucía ojos tiernos, de galán antiguo, para seducir a los nadie y...
En la calle, codo a codo
Con tu quiero y con mi puedo, ayer llegaron a Madrid para defender la alegría. Y no venían de las cuatro esquinas del...