¿Recuerdan las últimas?: Fraga insinuó que había que colgar a los nacionalistas; Joan Tardá (ERC) gritó, el día de
la Constitución en un mitin,  "muerte al Borbón" y Pedro Castro (alcalde socialista y presidente de
la FEMP) declaró que no entendía "como hay tanto tonto de los cojones que sigue votando a la derecha"... 

Bueno; pues esta semana he comprobado como algunos son dueños de sus errores y otros sólo esclavos de sus palabras. Verán... 

El lunes Fraga se "me explicó" delante de una cámara: dijo claramente - lo que ya es difícil de por si -  que "colgar" no fue el verbo más indicado, que le hicieron muchas preguntas y que esa respuesta no fue acertada. A lo que yo le contesté: "Don Manuel, eso es una especie de disculpa". Y respondió (en otro tono y más cerca de mi cara): "Yo no me disculpo, sólo me explicaba". 

También he coincidido con Joan Tardá del que, no es que no obtuviera una disculpa "real", es que ni siquiera conseguí que le felicitara... Sólo le arranqué un "feliz Navidad a todos y a usted también, que es muy guapa" – un recurso muy habitual que viene a ser una manera más fina de decirte ¿por qué no te callas? - . 

A Pedro Castro, no tengo el gusto, pero es más que probable que sólo se arrepienta de las malas palabras. Él sí que ha pedido perdón por activa y por pasiva; aunque muchos dirán que sólo lo hace para conservar el cargo y la nómina.  

En cualquier caso, disculpados o no, todos tienen algo en común: el inconsciente les jugó una mala pasada. Como a Rajoy, que debe de ser nudista; porque le ha dicho a Zp, en la última sesión de control, que aprobar los presupuestos con los nacionalistas es una "descomunal bajada de pantalones". Yo le doy la razón y me pregunto: ¿estará su inconsciente proponiendo que vayan todos al congreso en pelotas?