La preguntadora

Obama es mulato

Obamax, "El Capitán de los Prometedores", llega a

la Casa Blanca. Este nuevo superhéroe, según él, se bautizó cuando se bajó del tren que le llevó a Washington en plan revival y dijo: "hemos  hecho promesas a nuestros hijos, a nuestros  nietos y, francamente, al mundo y no os vamos a defraudar". 

Mal empieza y no lo digo sólo por lo ocurrido en Gaza –eso sí, justo antes de que le salpicara– o lo de Guantánamo, que ya ha dicho que lo va a cerrar pero que seguirá abierto un rato,  o por el macroconcierto de autobienvenida y autobombo que se ha montado  –supongo que abogando por la austeridad y cerrando los ojos ante el luto de otros–. Lo digo porque todos estábamos esperando mucho del primer presidente negro de los Estados Unidos y, como la campaña electoral ha terminado, se ha dejado de maquillar y se le ve más claro. Negro-negro no es, es un mulato fumador sobretodo norteamericano y lo de que sea un superhéroe está por verse; que yo no conozco a ninguno que se fume a más de mil muertos.  Porque  las cosas son lo que son aunque se les cambie el nombre: negro por mulato o daños colaterales por asesinatos  y siguen siéndolo aunque se pida perdón. Olmert (el presidente israelí que se despide del poder y de la masacre con un acuerdo secreto con Estados Unidos -que dudo que Obama ignore- para  controlar  la entrada de armas por túneles en Gaza) lo ha hecho diciendo: "Israél no es enemigo de aquellos a los que injustamente hemos dañado" y por dañado se pueden entender muchas cosas. 

En fin, como esto de los maquillajes lingüísticos internacionales siga proliferando, al hambre acabarán llamándola equilibrio económico y entonces nos felicitaremos por la suerte que tuvimos al nacer en el lugar en el que más pesa la balanza, en el equilibrado –claro–.

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