La verdad es siempre revolucionaria

El Consejo Consultivo de las Mujeres venezolano

Hace una semana asistí a la asamblea del Consejo Consultivo del Poder Popular de las Mujeres con el Ministerio de la Mujer. Se reunieron representantes de 122 organizaciones, que congregan 17.000 mujeres, las cuales  llegaron de 20 estados del país para escuchar el programa de gobierno para las mujeres, del que informó la ministra Andreína Tarazón. Y para que las voceras de cada Estado presentaran las propuestas, sugerencias, quejas y protestas que tenían elaboradas y escritas. Y que tanto la ministra como la viceministra para la Igualdad de Género y No Discriminación, Rebeca Madriz Franco, la viceministra de Desarrollo Productivo de la Mujer, Maribel Rosario, la viceministra de Protección de los Derechos de la Mujer, Isabel Yekuana Martínez, y la Defensora Nacional de los Derechos de la  Mujer, María Hernández Royett, escucharon con todo respeto y atención y recibieron por escrito. Más de 80 cartas, recomendaciones y peticiones que están siendo analizadas.

Este Consejo se ha podido constituir por la participación de las asociaciones de 20 estados, que son aquellos en que las candidaturas bolivarianas han ganado la gobernación, de los 24 que tiene el país. En más de 250 ayuntamientos administra la Alcaldía también el Partido Socialista Unido de Venezuela, y con ellos el Ministerio de la Mujer pretende llegar a firmar el Plan que llama Mamá Rosa —en referencia a la abuela de Chávez— de colaboración en los temas que atañen a las mujeres. El objetivo, además, es transformar el Consejo Consultivo en Presidencial, es decir, que las resoluciones que tome sean vinculantes para el Gobierno. Pero lo más sorprendente es que este organismo debe reunirse cada tres meses, y dado que en los primeros meses de este año fue imposible hacerlo ante las agresiones, crímenes y algaradas organizadas por la oposición, se  convoca nuevamente otra asamblea ordinaria para final de agosto, y una extraordinaria para el próximo miércoles, en que se reunirán con el presidente a fin de debatir si se convierte en Presidencial.

En el país hay más de 800 comités de Mujer e Igualdad de Género constituidos en los Consejos Comunales, y se consideran pocos, ya que en toda Venezuela existen 60.000 Consejos Comunales y más de 3.000l Comunas. Y es conocido que en todos los Consejos las mujeres constituyen el 57% de las y los participantes y son enormemente activas e impulsoras de los proyectos. Dada su iniciativa y su proverbial capacidad de trabajo y de sacrificio, deberían ser mayoría en la dirección de los Consejos. Pero su también tradicional timidez e inseguridad vuelve a dejar en manos de los hombres los cargos de decisión.

Desde las 12 del mediodía hasta las cinco de la tarde, con una hora de descanso, estuvieron las representantes del Ministerio explicando y escuchando los temas que afectan a las venezolanas, y que siguen siendo universales. La sesión fue enormemente alentadora y emotiva. Fue muy estimulante ver a las delegadas levantarse y saltar de alegría y responder con grandes aplausos y gritos cada vez que se las nombraba. Eran jóvenes y estaban entusiasmadas y decididas a seguir trabajando para que el feminismo se convierta en Venezuela en un plan político, en un proyecto social, en una ética individual y colectiva. En la nueva relación entre los hombres y las mujeres. En definitiva, que la Venezuela socialista sea también feminista.

La ministra nos informó del 3º Plan de Igualdad y Equidad de Género, cuyo primer objetivo es erradicar la pobreza extrema, tarea en la que están implicados también muchos de los demás ministerios, ya que la pobreza tiene rostro de mujer. Todavía en Venezuela subsiste un 5,5% de la población hundida en la miseria, que no ha desaparecido a pesar de los esfuerzos realizados por los gobiernos bolivarianos. Cuatrocientas ochenta mil familias se hallan en tan penosa situación, en las que el 49% las cabezas son mujeres. Pero lo cierto es que la población más pobre del país constituía el 25% en 1998. Los planes de alimentación, vivienda, educación y asistencia social han sido tan eficaces que la ONU ha reconocido que Venezuela es el país de Latinoamérica que ha reducido más las diferencias económicas entre las clases.

Para potenciar la participación económica de las venezolanas, el Banco de Desarrollo de la Mujer va a financiar los proyectos que incorporen a mujeres al sector productivo, que tienen que garantizarles unos ingresos dignos. Se considera inmediato aumentar la participación de las mujeres en el sector agrícola con las Escuelas Granja en Café y Cacao Venezuela,  en la construcción y en el turismo.

El segundo inmediato objetivo es formar políticamente a las mujeres como cuadros dirigentes, siguiendo lo que llaman el plan Argelia Laya, una histórica de la lucha comunista contra la dictadura y posteriormente dirigente del MAS, que se distinguió por su liderazgo feminista. Ese plan ha alcanzado hasta la fecha a 10.300 mujeres y se pretende incorporar a 240.000 más a las dirigentes activistas. Se creará una Biblioteca de socialismo y feminismo.

Se han inaugurado casas refugio para mujeres maltratadas y se impulsa la creación de Defensorías de la Mujer en todos los Consejos Comunales, lo que constituye la iniciativa más novedosa y eficaz que conozco en la lucha contra la violencia machista, ya que involucra a toda la población de los barrios, que hasta ahora, en la mayoría de los países, se desentiende de las víctimas e impide la persecución de este delito.

Con los planes de atención ginecológica y de salud sexual y reproductiva, la ministra concluyó su exposición que desarrolló durante más de hora y media sin leer los textos que únicamente consultaba cuando necesitaba una cifra. Resulta admirable la capacidad oratoria de los y las participantes en todas las esferas de la política o la cultura, incluso cuando no son dirigentes. La retórica, la precisión del lenguaje, la riqueza y variedad que poseen los venezolanos y las venezolanas me causan envidia recordando la pobreza idiomática de nuestros políticos, que se presentan a los debates en televisión, en las ruedas de prensa y en el Parlamento leyendo con torpeza unos textos escritos.

Lo que constituye la aportación más democrática de este Consejo Consultivo fueron las intervenciones de las representantes de los estados de Lara, Monagas, Barinas, Apure, Miranda, Sucre, Portuguesa, Cojedes, Carabobo, Caracas, Vargas, Bolívar, Nueva Esparta y Aragua, y del Movimiento Feminista que se representó a sí mismo en una de sus voceras.

Se trataron los temas secularmente reivindicados por las mujeres: violencia, acoso laboral, vivienda, hogares infantiles, casas refugio, ingresos y salarios. Las campesinas pidieron atención directa del Ministerio de Agricultura sin enlace con gobernadores y alcaldes, a los que acusaron de retardar los proyectos. Plantearon la creación de redes agrícolas y ganaderas que llevaran directamente los productos al consumidor, eliminando de tal manera los intermediarios y el sabotaje continuado que realizan los consorcios alimentarios.  Otras se atrevieron a exigir que el ministro de Trabajo y el ministro de Vivienda se sentaran con el Movimiento de Mujeres para establecer el plan de impulso de empleo y el habitacional. Y aseguraron con enorme fuerza que era imprescindible enfrentar la guerra económica del capitalismo.  Pero sobre todo se plantearon unas reclamaciones repetidas por todas las asistentes que se tornaron en un clamor unánime.

La más requerida fue la exigencia de paridad en el Partido Socialista Unido. No se ha conseguido todavía, pero en el Congreso recién celebrado el presidente Nicolás Maduro la recomendó y ésa es sin duda una importante recomendación. La necesidad de que exista un 50% de dirigentes y cargos electos de mujeres en el PSUV fue reiterada una y otra vez por todas las participantes y difícil sería que no se aprobara. Esa paridad es imprescindible en el seno del mismo partido, lo que no es lo mismo que pedir la paridad en todos los partidos, como si el hecho de ser mujer impidiera a las miembras de los partidos de derecha defender los programas y planteamientos antisocialistas o estar afiliadas al OPUS o les diera una convicción feminista.

Otras peticiones fueron las de organizar más proyectos socioproductivos y dar la batalla contra el contrabando y el acaparamiento de alimentos, establecer una educación feminista en todos los grados de la enseñanza pública y fortalecer la formación ideológica para lo que es imprescindible crear más Escuelas Feministas y de cuadros.

Fue alentador oír repetidamente que se necesitaba un Frente Unitario de Mujeres, proyecto que debería tener como prioritario el Movimiento Feminista internacional si quiere poseer la fuerza que necesita para alcanzar el poder social y político que se merece. Y fue emocionante la unanimidad con que las representantes exigieron la abolición de la prostitución y la implantación de programas de liberación de las mujeres prostituidas. Cuando expliqué en alguna reunión que en España un sector que se autodefine como feminista está reclamando la legalización de la prostitución, no podían creerlo. Comentaron pertinentemente que se trataba de legalizar a los proxenetas.

La iniciativa de crear el Frente de Mujeres Antiimperialistas, ante la enorme indignación que el ataque de Israel contra Gaza nos ha provocado a todas las mujeres y hombres de bien, me recordaba otros tiempos vividos en España y cuyos objetivos todavía están por cumplir.

El Partido Socialista Unido de Venezuela y el Gobierno bolivariano están apoyando a las venezolanas que han iniciado un camino de empoderamiento y de avance que puede ser ejemplo para el feminismo de todo el mundo. Ojalá que nada lo impida.

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