Luna Miguel

Polla

POLLA

En verano todo escuece: la piel, el sexo, la lectura. No había podido nunca con una tan gorda. Ninguna se me atragantó tanto. Estoy leyendo una novela de mil doscientas páginas sólo para impresionar a un chico. Esta es su preferida. Dice que nunca la ha terminado ni la ha leído entera. Ahora que estoy de vacaciones tengo todo el tiempo del mundo para leerla, demostrarle lo machita que soy, lo fuerte, lo enamorada. Porque para hacer este esfuerzo hay que sentir amor. No soy de esas que van a programas de la tele y besan a sus novios delante de mil marujas. Tampoco me gusta mandar sms desesperados a las cuatro de la mañana: tkm. Encuentro romántica la superación. Si él no ha sido capaz de terminar este libro, me lo leo. Si él ha comprado tres ejemplares, compro cuatro. Por él me tragaría todo el fondo de la Biblioteca Nacional. De Góngora a Pynchon. De Sor Juana a Preciado. Me gusta mucho el último de Kureishi, digo, pero prefiero tu polla que escuece.

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