Luna Miguel

Back to Black: disparar a las mariposas

Un hombre llega a un parque precioso, familiar, lleno de mariposas y de niños jugando mientras sus padres y abuelos comparten emparedados de queso y jamón sentados en unos mantelitos de cuadros rojos y blancos. Un hombre llega a un parque, decía, y comienza a disparar a las mariposas, a los niños y a las familias manchando de sangre la hierba y los manteles. La sangre sólo se distingue en los cuadrados blancos, en la ropa blanca y los rostros de horror de los niños. Podría estar describiendo las escenas nunca vistas de la escena de la matanza de la película Happiness de Todd Solondz, o bien, de esa escena escalofriante y terrible ocurrida el pasado viernes en Noruega. Un hombre llega a un escenario pulcro y mata a 93 personas. La primera escena es ficción. La segunda es realidad. La segunda es la que ahora nos importa, de hecho. La segunda es la que ahora nos provoca terror. La segunda es la que decide llevar a cabo un perturbado, refugiado en su nación perfecta y protegido inconscientemente por la sociedad gracias, imagino, a su aspecto y a su cara de querubín ario, mientras que, según dicen, ya circulaban por Internet y las redes sociales sus frases racistas y su odio desmesurado hacia una sociedad y una Europa cambiante y creciente. Pero qué es Europa. Qué es Europa hoy. Europa es un nido plural, sí, eso nos enseñan, pero también un nido de ideas ridículas y de extrema derecha. "Incitar al odio y no a la violencia", dicen. Pero el odio es violencia. El odio era esto. El odio era un hombre en un parque, disparando a las mariposas. El odio era un back to black. Un retroceso. La historia de un continente rencoroso, triste, anciano. Qué nos espera. Qué. Joder.

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