Luna Miguel

Elija su propia muerte

Elijan su propia muerte y muéstrensela al mundo entero porque ahora es más fácil que nunca. Sí, es más fácil que nunca mostrar el rostro de los muertos, sus propios rostros ensangrentados, sí, y conviértanse en noticia, conviértanse en la maldita foto de portada de algunos periódicos del mundo: gusanos, pus, balas en el cráneo, moscas, mierda, asco, mucho asco, conviértanse en imagen incensurable, conviértanse en el fondo de objetivo de impúdicos periodistas morbosos, hagan de su carne pútrida la noticia, hagan de sus huesos rotos la noticia, hagan públicos los últimos segundos de su vida, grabados en un iPhone, tétricos, para apenar al mundo.

Porque eso es todo lo que se me venía a la mente después de ver casi en directo la espantosa imagen de la muerte de Gadafi: si esto es noticia, si ver sufrir/morir/aterrorizarse a un hombre (por muy malo que haya sido) tan descaradamente es parte ya de nuestro día a día... ¿hasta dónde vamos a llegar? Supongo que se trata de una cuestión muy subjetiva de escrúpulos, o algo parecido, y por eso prefiero no escandalizarme, simplemente me cuestiono la validez de estas imágenes, el deterioro, o no, del periodismo (cada vez más parecido a una película snuff que a un espacio para la información y el debate), o la importancia o valor que pueda tener una vida hoy en día.

No sé. Soy consciente del exhibicionismo brutal de la sociedad, y soy más consciente aún de mi propio exhibicionismo (Facebook, los blogs, twitter). Sin embargo también creo en los límites, y en la profesión, y, sobre todo, en el respeto al color rojizo-oscuro de la sangre de los muertos.

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