Malas hierbas

Combatiendo la homofobia

 (Articulo escrito por Beatriz del Hoyo, Roberto Carro y Juantxo López de Uralde, miembros de EQUO)

La Historia, con mayúscula, la escriben los y las valientes. Y la Historia, ayer, en la Comunidad de Madrid, la escribieron tantos y tantas valientes que desde hace muchas décadas se han dejado la piel, las lágrimas y la vida para que este país sea cada vez un poco más digno.

Ayer se aprobó, en el pleno de la Asamblea de Madrid, de forma unánime, la ley de protección integral contra la discriminación por diversidad sexual y de género de la Comunidad de Madrid, una ley que nace para combatir con un instrumento legal las agresiones físicas y las discriminaciones a personas del colectivo LGTB.

La memoria histórica de lesbianas, gais, bisexuales y transexuales (LGTB) tiene cicatrices que van de las detenciones, torturas, condenas a prisión o trabajos forzados, de un pasado no tan lejano en nuestro país, a la violencia física y acoso de los que aún seguimos siendo testigos en pleno siglo XXI.

La discriminación contra las personas LGTB supone más del 30% de los casos de delitos de odio en nuestro país. En concreto, este año 2016 está siendo escandalosamente duro. Llevamos, según el Observatorio Madrileño contra la LGTBfobia, 124 agresiones contabilizadas hasta la fecha. Muchas de las víctimas deciden no denunciar porque tienen miedo. Resulta absolutamente urgente que las Administraciones públicas ofrezcan una respuesta contundente frente a esta oleada de agresiones

Los delitos de odio son el efecto más visible y el más sangrante de la discriminación hacia las personas LGTB. Detrás sigue habiendo mucho acoso y mucho sufrimiento silenciado. O, incluso, muchas agresiones no denunciadas por miedo. Por eso, uno de los aspectos fundamentales de la ley aprobada ayer es el que respecta al ámbito educativo: por primera vez, se habla de una regulación en el tratamiento específico de la identidad de género incluida dentro del sistema educativo, tanto en el público como en el concertado, lo que obligará a los centros educativos a desarrollar acciones de fomento del respeto de una cultura de la tolerancia y la no discriminación de las personas basada en la orientación sexual e identidad o expresión de género.

La ley constituye así una herramienta fundamental para evitar la discriminación homófoba. La responsabilidad de los organismos públicos seguirá siendo prevenir su expresión, a través de la educación, la formación y la divulgación, y también impedir y penar, haciendo uso de los mecanismos que estén a su disposición.

Hoy nos sentimos orgullosos y orgullosas de todos y todas esas activistas que siguen haciendo Historia, con mayúscula. Y de haber estado y seguir estando, siempre, a su lado. Ese lado al que ayer supieron, con enorme esfuerzo atraer a todos los grupos políticos para que la  Ley LGTB de Madrid pudiera aprobarse por unanimidad. Nos sentimos orgullosos y orgullosas de esta norma,  porque es fruto del activismo, porque supone una reparación necesaria al reconocer la discriminación histórica sufrida, y también porque constituye una herramienta eficaz para combatir la homofobia dentro de los ámbitos y competencias de la Comunidad de Madrid.

Ahora, una vez aprobada la ley, hemos de exigir su inmediata implementación. Las 124 agresiones contabilizadas hasta la fecha por el Observatorio Madrileño contra la LGTBfobia tienen que tener una respuesta sin reservas por parte de las instituciones que se han dotado de este instrumento legal. Y ahora, también, tenemos que seguir allanando el camino para la aprobación de una ley estatal.

Entre todos, especialmente entre los colectivos, se ha conseguido un poderoso avance en la lucha por los derechos y las libertades de todos y todas, independientemente de nuestra orientación sexual o identidad de género, y por una sociedad más justa y diversa, donde no se vulneren los derechos fundamentales de las personas y donde podamos amar sin miedo.

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