Malas hierbas

No hay sitio para las viejas nucleares

Hoy hemos conocido a través de una publicación que el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) ya tiene preparado el informe técnico que dictaminará si ampliar o no la vida útil de la central nuclear de Santa María de Garoña  y que se hará público a finales de enero. Se han ido manejando diversas fechas: julio, noviembre  y ahora enero. Es posible que esta sea la definitiva, o no.  A pesar de la petición de la mayoría absoluta del Parlamento para que el informe sobre Garoña se paralizara, el CSN con el apoyo del gobierno de Rajoy ha seguido adelante, eludiendo el mandato del Congreso.

Pero es muy probable que efectivamente pronto se conozca el informe final, ya que la industria nuclear ha apostado muy fuerte para que 2017 sea el año en el que definitivamente se "oficialice" el alargamiento de la vida de las centrales nucleares. Desde hace años llevan preparando el camino para que la vida de las nucleares pueda aumentarse de 40 a 60 años, o incluso más allá.

Incluirá condiciones más o menos estrictas, pero todo el mundo sabe que el informe del CSN será favorable a que Garoña se reabra, ya que hace tiempo que el Consejo de Seguridad Nuclear dejó de ser un organismo regulador independiente, para convertirse en cómplice de la industria nuclear. El PP se encargó de remachar ese clavo con el nombramiento hace un año de Javier Dies Llovera como tercer consejero del PP, de un total de cinco.

Garoña es una central amortizada. Inaugurada en 1971 y, tras funcionar hasta el año 2012, lleva cerrada los últimos cuatro años. En este tiempo nadie la ha echado de menos, lo que demuestra que su sustitución es un hecho consumado.  Pero la decisión sobre su futuro es clave, debido a que ofrecerá a la industria eléctrica el argumento que necesita para que pueda alargarse la vida útil del resto de centrales.  Por cierto, que también puede sentar un precedente para que la industria reclame indemnizaciones millonarias por lucro cesante en caso de que no se permitiera su puesta en marcha.

Garoña es vieja, obsoleta y por tanto su puesta en marcha puede ser un ejercicio muy peligroso, y muy caro. Es posible que aún con informe favorable del CSN no vuelva a ponerse en marcha. Además, así lo reclama la mayoría del Congreso.  Pero la industria no va a dejar escapar la oportunidad de conseguir el ansiado informe favorable al alargamiento de la vida de la central, para allanar el camino a las que vengan después.

Por ello 2017 será un año clave para el futuro de las nucleares en España. Y en definitiva para el futuro energético. Con un mix en el que la nuclear genera el 22% de la energía eléctrica que se produce, no hay espacio para que las renovables aumenten. La cuestión clave es que frente a unas nucleares cada vez más envejecidas  y por tanto más peligrosas, la alternativa renovable está disponible y pide paso. Ya no hay sitio para las viejas nucleares.

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