En la maleta de Zapatero

¿Huye Zapatero?

En una comida con socialistas de pro, con los que coincidí no hace muchos días, se mostraban preocupados –y algo descontentos- por este "interés repentino y prioritario del presidente por la política exterior, justamente cuando en España estamos en plena crisis económica". Ellos sí emplearon sin dudarlo el término "crisis", como Pedro Solbes, como César Antonio Molina o como José María Barreda.

Pero sin entrar en el debate eufemístico, el grupo de comensales recordó la conferencia de Zapatero el pasado lunes en el Real Instituto Elcano, donde adelantó sus prioridades internacionales con marcado compromiso, y la apretada agenda internacional del jefe del Ejecutivo hasta las vacaciones de agosto –diseñada por su todopoderosa sombra, Bernardino León, que está dando un nuevo aire a los viajes del presidente y concede así la razón a quienes apostaron por él como gran acierto para la Secretaría General de Presidencia-.

El jefe del Ejecutivo pasará, del Consejo Europeo que acabó hoy viernes, a la Cumbre Transfronteriza con Francia en Zaragoza, a la bilateral con Dinamarca, a la bilateral con Grecia, al foro de la Unión para el Mediterráneo en París y a una presumible gira por África. Todo ello en poco más de un mes y sin descartar algún viaje improvisado, como el inexplicablemente ausente a Marruecos.

"Van a pensar que Zapatero hace lo mismo de lo que se acusó a Felipe González en su día: huir de los problemas de casa", se lamentaban mis anfitriones.

Lo cierto es que si de algo se ha acusado al presidente en su primera legislatura ha sido de no tener presencia internacional, de haber dejado a España arrinconada y sin influencia en foros multinacionales,... Y ahora que, seguro de sus objetivos y de un equipo que ha cimentado el mensaje a trasladar fuera de nuestras fronteras y las prioridades de España en cada esquina del mundo, se le reprocha que "salga tanto".

Mientras, desde Moncloa, prefieren compatibilizar la búsqueda activa de soluciones globales con los integrantes de este mundo global y el trabajo desde el hogar español para salir de este bache, sin olvidar la potente política de cooperación al desarrollo, una de las apuestas prioritarias de Zapatero07. Si sale bien, desde luego, promete. Si sale bien.

EL TOLE-TOLE: Estas cosas pasan en encuentros políticos, como el Consejo de la UE, y así nos lo contó Zapatero con mucha guasa: el jueves por la noche, en pleno partido de la Eurocopa entre Alemania y Portugal, cenaban todos juntos los jefes de Estado y de Gobierno en Bruselas. Los dirigentes no dejaron de hacer comentarios sobre la pareja más peculiar de las mesas: la canciller alemana, Angela Merkel, conversaba animadamente y sin aparenten rivalidad futbolística con el primer ministro portugués, José Sócrates, sentado a su lado mientras sus selecciones se disputaban el triunfo en el campo de juego. Lo que se negó a contarnos Zapatero es lo que él habló con Berlusconi sobre el decisivo encuentro España-Italia, aunque lanzó su porra: 3-2 para los nuestros, claro.

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