En la maleta de Zapatero

Los besos de Chávez

   "En un beso, sabrás todo lo que he callado", escribió Neruda y con un beso, con más silencios que sentimientos sellaron ayer el presidente de Venezuela y la canciller de Alemania sus diferencias, surgidas estos días con un cruce de declaraciones –durísimas por parte del venezolano, que llegó a comparar la ideología de Angela Merkel con la de Hitler-.

   Me fascina la capacidad de Hugo Chávez para repetir siempre la misma y burda táctica y lograr de continuo  idéntico resultado, aunque todos, políticos y periodistas, critiquemos sus formas populacheras y ególatras jurando por san Francisco de Sales que no habrá una próxima vez. Pero siempre la hay. Siempre consigue el bolivariano hacerse con el protagonismo de las reuniones multinacionales, como en este caso, de la V Cumbre UE-América Latina-Caribe. 

   Tal estrategia consiste en extraer la polémica de debajo de las piedras –generalmente, descalificación mediante- unos días antes, sembrar la duda sobre su asistencia a tal o cual foro hasta el último momento, acudir finalmente y seguir polemizando, con más ataques –como en la Cumbre de Chile en noviembre de 2007 hasta que el rey le mando callar y puso fin a cualquier otro tipo de información sobre este encuentro iberoamericano- o rectificando pomposamente, como hoy ante la mandataria alemana, ante quien sólo faltó a Chávez arrodillarse a lo Juan Tenorio. 

   Y mientras, los periodistas venezolanos y españoles aguardábamos el encuentro entre Zapatero y el de Venezuela, el primero tras el descoque de Juan Carlos de Borbón en el Santiago de Bachellet. Al final, viéronse y no hubo nada: "El principio de una nueva etapa", nos contó Trinidad Jiménez al término del encuentro de media hora y entre cuatro –los dos presidentes y sus ministros de Asuntos Exteriores-. Contrariamente a lo que se acostumbra a hacer en este tipo de bilaterales, Zapatero y Chávez prefirieron estar solos con sus jefes de Diplomacia. ¿Por qué? ¿Se cruzaron mensajes de y para el rey? Exteriores y Moncloa callan, así que, en esta ocasión, apelamos a la incontinencia verbal del venezolano para conocer la versión más sabrosa del encuentro: la suya, a nuestro pesar. 

   EL TOLE-TOLE: Zapatero ha realizado su primer viaje al extranjero tras su victoria electoral a América Latina, y no es casualidad que se haya saltado la tradición de visitar primero Marruecos. El pragmatismo pretende convertirse en una de las señas de identidad de la política exterior del presidente en esta segunda legislatura. La prueba más ilustrativa la encontramos con un vistazo a su órbita de colaboradores durante este viaje doble, a Brasilia y a Lima en dos días. Allí estaban Bernardino León y José Miguel Vidal ‘El primo’, pero también José Andrés Torres Mora, que nadie sabe cómo apareció en la embajada española en Perú y acabó reunido de improviso con Zapatero y los otros dos miembros del Gabinete presidencial, pero, sobre todo, hombres de su máxima confianza. Y amigos.

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