Fuego amigo

Las elecciones y la mística en el año 4009

Dicen los aficionados a la prospectiva que en el año 4009 las consultas electorales serán prácticamente diarias, plebiscitos instantáneos a unos teléfonos móviles portentosos. La democracia inmediata, la democracia perfecta. Diariamente, a través del terminal telefónico nos solicitarán nuestro parecer sobre las cuestiones más variopintas, sobre el aborto, el divorcio, la conveniencia o no de una negociación con ETA (por entonces se llamará ETA & Company Industries) o si la ayuda a la Iglesia católica debería superar ya el 30% del PIB (por entonces se llamará Ecclesia Church Marketing Group).

Esa asepsia evitará la batalla de insultos en que se han convertido las campañas electorales de hoy en día. Porque toman a veces tintes tan desagradable que hasta un político experimentado en la crispación como Mariano Rajoy se ve obligado a aparcar de vez en cuando su fondo de armario de insultos y zafiedades para aportar un toque de ternura. Hay momentos en que es preciso tomar un respiro.

Por ello, en su visita a la campaña gallega, le compró a su mujer en Camariñas un pañuelo de encaje de bolillos que es toda una alegoría: un pañuelo para llorar con estilo y distinción, y un encaje de bolillos, como el que está haciendo el PP para parecer un partido incorrupto, como el brazo de Santa Teresa de Ávila, símbolo que fue en el franquismo de cómo la santidad impide que la corrupción devore los cuerpos y las almas. Y ahora, los partidos.

Lo cual nos lleva a Ávila, que era a donde os quería llevar a lo tonto, burla burlando. Allí, en Ávila, ha prosperado una iniciativa singular del eurodiputado del PP Díaz de Mera, el ex director general de la Policía en tiempos de Aznar que aseguró falsamente, en sede judicial nada menos, que existía un informe que implicaba a ETA en el 11-M. Gracias al empuje e influencias de este falsario, se ha puesto en pie la primera "Universidad de la Mística" del mundo, una necesidad sentida por toda la comunidad científica internacional, como ya os podéis imaginar.

Vosotros pensaréis que es una insensatez más del ya de por sí insensato eurodiputado. Pero si el empresario de la construcción de Lleida que se dedicaba a atracar bancos para superar la crisis (antes, cuando se llevaban a partir un piñón, entre banqueros y constructores atracaban impunemente a las parejas de novios, hipotecándolas hasta las cejas), hubiese estudiado en esa universidad abulense habría sabido que el dinero no da la felicidad. Ni tampoco los insultos. Que tan sólo el trance místico nos hace trascender de las miserias humanas.

Todo apunta, pues, a que en 4009, la ausencia de elecciones y la mística serán la causa de nuestro bienestar y contento.

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