Fuego amigo

Salga lo que salga, será un aborto

El Congreso acabó tumbando holgadamente las enmiendas a la totalidad contra la reforma de la Ley del Aborto. Pero la mañana había amanecido con una unanimidad sin precedentes entre los diarios catalanes: un editorial conjunto para advertir al Tribunal Constitucional más lento del mundo lo que se le puede venir encima como le toque un pelo a la redacción actual del Estatut de Catalunya, aprobado doblemente en sede parlamentaria.Nos hemos pasado el día como delante de una partida de tenis, mirando intermitentemente a la ley del aborto y al aborto de sentencia de ese tribunal que, haga lo que haga, va a recibir palos hasta en el alma, por su dudosa legitimidad moral para dirimir causa alguna, un tribunal de marcado carácter político, nombrado con criterios exclusivamente políticos, en estado de interinidad desde hace años porque a la derecha le viene bien no renovarlo, pues refleja el equilibrio de fuerzas de cuando gobernaba.Tal como está concebido el nombramiento de sus componentes, el TC se comporta como la Cámara Legislativa de última instancia, contaminada hasta el tuétano, donde la oposición intenta ganar lo que ha perdido en las votaciones del Congreso. Es así de crudo, aunque parezca políticamente incorrecto reconocerlo.Si el texto constitucional está mitificado hasta extremos ridículos, delicado como flor de estufa, como si quienes lo parieron no hubiesen sido hijos de un tiempo en que los cuarteles apuntaban con sus cañones directamente a las sienes de los padres constituyentes, no digamos nada de hasta qué extremos se está mitificando al Tribunal que interpreta la Constitución, que más parecen rabinos analizando el libro sagrado, en lugar de una obra humana perfectible.Salga lo que salga de ahí, está viciado de nacimiento, pues para una de las dos Españas será un aborto de difícil legitimación moral.---------------------------------------------------------------------------------------Meditación para hoy:Soraya Sáenz de Santamaría, después del ridículo al que le sometió María Teresa Fernández de la Vega en el debate sobre el Alakrana (fue tal el bochorno, que las cámaras tomaron un primer plano de ella diciéndole al compañero de al lado: "vámonos", como diciendo, he metido la pata hasta la ingle, o tierra trágame)... decía que esta buena señora, que pertenece al partido culpable de que el Tribunal Constitucional permanezca en interinidad, como su fuerte no es la hemeroteca, y por no tener memoria no tiene ni la memoria histórica, de la que abomina, esta señora, digo (y acabo de una puñetera vez) es compañera de María Dolores de Cospedal, quien ayer advertía en el Congreso, en un nuevo ataque de amnesia, que "es intolerable presionar al Tribunal Constitucional". Repetid conmigo: es intolerable presionar al Tribunal Constitucional.Lo dijo, pero no se refería a su partido sino a los periódicos que habían consensuado el editorial en defensa del Estatut.

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