Fuego amigo

La repetición mata al mensaje y al matrimonio

Las autoridades llevan décadas buscando el mensaje definitivo para que conduzcamos de manera más responsable, para que abandonemos el uso de drogas y alcohol, para que adoptemos hábitos alimenticios saludables. Toda una estrategia para que nos muramos de viejos, la única muerte por la que no podemos denunciar al Estado.

Los mensajes encaminados a excitar la prudencia en la conducción han pasado por todas sus fases posibles. Desde fotografías murales truculentas con accidentes regados de sangre, al tierno "Papá, no corras".

Pronto los psicólogos descubrieron que estas campañas son como el matrimonio: andando el tiempo, por la fuerza de la repetición, pierden interés. Los mensajes, por muy impactantes que sean, van decolorándose en el ánimo del receptor, y uno se acostumbra a dormir todos los días con el monstruo, por mucho que se empeñe en mantener su lozanía.

Con el tabaco lo hemos intentado todo, pero, como en la conducción temeraria, sólo ha funcionado la represión, el miedo a la multa, más que a la muerte. Tan es así que descubren ahora que el mensaje "Fumar mata" podría provocar más adicción.

Cuando yo era niño, los misioneros que visitaban mi ciudad etiquetaban sus paquetes de droga celestial con visiones del Infierno, ya que el logotipo del crucifijo había dejado de asustarnos, por repetitivo. Tenían más labia que el Director General de Tráfico describiendo el crepitar del fuego eterno, pero el efecto de su mensaje ("si te tocas, se te secará el cerebro") apenas duraba más allá de una semana.

Pero los publicistas no se rinden, y a pesar del ejemplo del matrimonio, amenazan con seguir intentándolo.
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Meditación para hoy, suma y sigue:

Por si me quedaba alguna duda de mis sospechas sobre ese fuego amigo que está agravando la situación de Haidar, ya se han soltado la melena las gaviotas carroñeras que viven y engordan practicando la necrofilia.

Mariano Rajoy, el patriota de hojalata, que se encuentra en Alemania para asistir a una reunión del PP europeo, mayoría, como sabéis, en aquel Parlamento, en lugar de utilizar su fuerza para promover una presión coordinada de Europa sobre el sátrapa marroquí, como buen patriota y cristiano que es, angustiado por la vida de Haidar, dedicó sus esfuerzos a rebajar la credibilidad de España en los foros internacionales, tal cual suele hacer, centrando su labor humanitaria en resaltar la desastrosa política económica de Zapatero. Esa Europa que está mirando hacia otro lado porque sigue considerando que el caso de la activista en huelga de hambre es un problema bilateral entre España y Marruecos.

Mariano es así de previsible. Los más pinturero de ayer, sin embargo, fue lo de Rosa Díez, cuyo rencor por el paraíso perdido del socialismo vasco ha trastornado su discurso a niveles cómicos. Tras proclamar que el gobierno de España ha sido "cómplice" en el "secuestro" de Haidar, anunció su traslado al aeropuerto para visitar a la activista saharaui. A ver si lo pilláis: Rosa Díez, cuyo ideario político central es un profundo desprecio por los nacionalismos independentistas, en especial el vasco, va a hacerse la foto con una activista saharaui que está a punto de entregar su vida por la independencia de su pueblo. Sólo faltan allí Cospedal y González Pons para poner en pie la zarzuela (bueno, al de la Zarzuela ni se le espera). Es un popurrí tan sospechoso que yo a estas alturas ya no sé "quiénes somos los nuestros".

Ahora, una vez cerradas ya todas las salidas, todo político que se precie reza el mantra de la debilidad del gobierno español, que no sabe hacer suficiente presión internacional sobre el Mojamé. Bueno. Supongo que unos no recuerdan y que otros se callan maliciosamente cuál es el nervio central de las dictaduras, y más cuando el dictador es el jefe espiritual, además del policíaco, de un pueblo. Así que me he ido a la hemeroteca del doctor Google y he recogido esta perla.

Corría el mes de septiembre del año 1975, y al dictador le quedaban dos meses de agonía. Pero antes de que lo rematara el inútil de su yerno, firmó cinco sentencias de muerte que pusieron en pie a medio mundo. Os rescato un párrafo de lo que, un año después, decía el diario El País sobre la presión internacional, esa en la que Rajoy, Rosa Díez, Pedrojota y toda la caverna a coro cree de infalible utilidad para doblegar a los dictadores. Copio y pego:

"Estas ejecuciones provocarían una ola de protesta e indignación en toda Europa que se extendió por espacio de algunas semanas: Quince países europeos (República Federal Alemana, Gran Bretaña, Bélgica, Dinamarca, Holanda, República Democrática Alemana, Francia, Suiza, Portugal, Austria, Suecia, Irlanda, Luxemburgo e Italia) retiraron temporalmente sus embajadores en Madrid, y otros dos países (Polonia y Hungría) sus representantes comerciales."

¿Doblegaron al dictador? Ejecutó a tres activistas del FRAP y dos de ETA, y murió en la cama dos meses después, reconfortado con los santos sacramentos.

Y se trataba de una España que no tenía el menor peso político más allá de Andorra. La última dictadura de este lado del telón de acero. Marruecos, en cambio, es una pieza estratégica para Europa y Estados Unidos en el norte de África, una bomba de relojería inmigrante, un tapón contra el fundamentalismo islámico.

Dejemos a un lado el mantra de la presión internacional de una vez, y salvemos la vida de Haidar, cuya fuerza y valentía será mucho más útil en vida para la causa saharaui que todo el fuego amigo.

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