Fuego amigo

Contra la depresión, encuestas

Las encuestas deberían servir para retratar la realidad, para comprenderla mejor, pero a menudo sólo sirven para desconcertar. Según la Iglesia católica, más del 80 por ciento de los españoles son católicos (hablo de oído) cuando basta ver el penoso aforo de los templos en las fiestas de guardar para comprender que es un imposible parecido a esas supuestas manifestaciones de dos millones de buenas personas en la plaza madrileña de Colón. Si las encuestas de la clerigalla reflejaran la realidad, en las entradas de las iglesias habría que recoger un ticket de turno para entrar, como en la cola de la pescadería. "Perdón, ¿esta es la cola de las hostias o la del vino?"

Lo que recuerda el ya clásico ejemplo de la encuesta sobre la ópera: es tanta la gente que dice haber ido a la ópera al menos una vez en el último año que harían falta lustros de programación en todos los escenarios del mundo para dar cabida a tanto fantasma... de la ópera. Ni siendo anónimos somos capaces de decir una verdad que afearía la buena opinión que tenemos de nosotros mismos.

Pero si hay fantasmas de la ópera, no digo nada de la cantidad de fantasmas del sexo. Según una reciente encuesta del ministerio de Sanidad, el 86% de los españoles dice estar muy o bastante satisfecho con sus relaciones sexuales. Creo que o bien no saben qué es eso de "relaciones" (el onanismo no vale como animal de compañía) o bien confunden los escalofríos con los orgasmos. Pero a ver quién es el chulo de reconocer ante el encuestador que no recuerda el día del último polvo.

Ahora el que está en una nube es Mariano Rajoy. Las últimas encuestas le dan al PP tres puntos de ventaja sobre el PSOE en intención de voto. Y Mariano está tan contento, en lugar de meditar sobre lo mal que lo está haciendo para sacarle a Zapatero tan sólo tres puntos con cuatro millones de parados.

De lo que se deduce que la demoscopia es un bálsamo para los nervios, que si estás deprimido, lo mejor es comprarte una encuesta. O dos, si el encuestador es muy torpe.

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