Fuego amigo

Gente torpe hasta para robar

Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid, condesa de Murillo consorte, cuyo marido posee una inmensa fortuna personal, confesó en una biografía vergonzosa aquello de "no tener pagas extra me tiene mártir, las he tenido toda mi vida y las echo de menos en Navidad y en verano. No es que haga números a final de mes, ¡es que muchas veces no llego!"

Desde entonces, el cupo de desvergüenza y desprecio a la inteligencia de los demás parecía agotado en ese partido, hasta que llegó Camps, Francisco Camps, el presidente de otra comunidad, la de Valencia, que ha declarado estar poco menos que en estado de quiebra, con menos haber en su cuenta corriente que un mileurista.

Definitivamente la política es un asco. Así no hay quien se haga rico. Todos peleándose por alcanzar un liderazgo que les rescate de la miseria, para luego acumular en la cuenta bancaria poco más de mil euros, cargarse de créditos hipotecarios, coches antediluvianos, y verse obligados a mendigar que te hagan trajes y te regalen bolsos por el morro, mientras contemplas cómo la gente de tu equipo se forra. Por poner un ejemplo, sin salir de casa: su conseller de Medio Ambiente, Urbanismo, Agua y Vivienda (atención, es un único cargo, pero mirad que jugosos apartados encierra), con un sueldo inferior, ha declarado un patrimonio de casi dos millones de euros.

A ver si aprenden. Por ejemplo, la esposa de Luis Bárcenas, tesorero del PP, de profesión sus labores, pagó al contado, en billetes de 500 euros, un chalet de lujo en Baqueira Beret que costó 600.000 euros. Lo que se dice una hormiguita, sisando de aquí y de allá de la paga de su marido. Toda una ministra de economía de su humilde hogar.

Y Aguirre y Camps, que manejan inmensas fortunas públicas, apenas llegan a fin de mes. Como no me creo que la honestidad sea su mejor virtud, lo siento, pero yo no me fiaría de gente tan incapacitada para el robo.

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