Fuego amigo

La moda del mitin en torno a unas copas

Hay gente con un pésimo beber. O con un desastroso sentido de lo que significa una cata de vinos. La secretaria general del Partido Popular, María Dolores Cospedal se fue de copas y de mitin a un pueblo de Toledo con un centenar de viticultores y militantes. Y la lengua se le puso zarrapastrosa. No sé qué tienen estas catas-mitin, pero desde que Aznar reivindicó ante los bodegueros su derecho a conducir borracho, parece que la tendencia de los dirigentes del PP a hacer declaraciones pasados de copas es como la querencia de los toros a refugiarse en los toriles de donde han salido.

Visto lo cual, creo que ya va siendo hora de establecer controles de alcoholemia a los oradores en los mítines políticos, porque su actuación irresponsable bajo los efectos del alcohol podría tener consecuencias más desastrosas que en la conducción.

Porque no puede ser que en un día en que los ministros de finanzas europeos negociaban, en una interminable reunión a cara de perro, el rescate de la economía griega, que no es otro que el futuro de la estabilidad de la zona euro, la segunda de a bordo del principal partido de oposición, con posibilidades de gobernar el día de mañana, insista en asimilar la situación de Grecia con la de España: "Nos puede pasar (hip) lo que les ha pasado (hip) a los griegos (hip)"... mensaje directo a los mercados para que rebajen un poquito más la calificación de nuestra deuda.

No sé qué será peor para nuestra integridad, si un patriota beodo o uno de hojalata. España tiene un déficit menor que el británico y el irlandés, por ejemplo, pero si no se lo puedes achacar a Zapatero, ponte una copa de más, y no dejes que la realidad te estropee un buen mitin.
----------------------------------------------------------------------------------

Meditación para hoy:

Todavía se escuchan los ecos de las palabras apocalípticas de Rajoy dedicadas a Zapatero: "el tiempo se acaba". ¿Os acordáis? Lo decía la semana pasada, mientras se postulaba a sí mismo como el Salvador.

Y resulta que es verdad. Con la salvedad de que todos lo habíamos interpretado retorcidamente, porque lo que en realidad ocultaba el líder de la oposición es que el tiempo "se le acababa" a él. Porque en los últimos días todo se le vuelven buenas malas noticias al enterrador de ilusiones.

El tiempo se acaba, y el enfermo grave que tenía los días contados parece que recobra tímidamente el pulso. La Bolsa recupera en un día todo lo perdido en las dos jornadas anteriores, calmada por el super crédito del Ecofin; el paro registrado baja tímidamente; se aprecia una reactivación en la venta de pisos y automóviles... y la diferencia de intención de voto con el PSOE es apenas de 1,5 puntos.

Mariano está a punto de correr a los brazos de Durán i Lleida porque sabe que el tiempo se acaba. Más exactamente, se le acaba.

Más Noticias