Fuego amigo

El tercer secreto mariano

Es como si se hubiese aparecido la Virgen y le hubiese confiado un gran secreto, una terrible profecía. La fórmula de la salvación de España, de manos del PP, pertenece a la categoría de los secretos marianos: sólo la conoce el pastorcillo Mariano... Rajoy. Quizá nada de lo que ocurrió ayer, con las visiones del infierno económico incluidas, supere a los secretos de Fátima, en los que, entre otras proezas celestiales, se vaticinaba la conversión de Rusia.

Rajoy espera la conversión de los votantes españoles, ahora que Zapatero le ha puesto en bandeja a casi nueve millones de pensionistas y más de dos millones de funcionarios, votantes cabreados que se la tienen jurada para las próximas elecciones, mientras en Fátima el Papa Ratzinger establecía un paralelismo catastrófico para su Iglesia con el famoso tercer secreto.

Más asombroso que las visiones del infierno de Rajoy es lo de este Papa, un hombre hecho y derecho que todavía cree que las cartas secretas de la madre Lucía, la pastorcilla superviviente y a buen recaudo en un convento, se las había dictado una mujer vestida de blanco, en lugar de un párroco portugués vestido de negra sotana, obsesionado con el comunismo y el peligro creciente de pérdida de poder del cristianismo.

El tercer secreto hablaba de Papas, obispos y sacerdotes rampando hacia un Gólgota en cuya cumbre eran asesinados a tiros por un grupo de soldados. Ratzinger acaba de decir en Fátima que esa visión quizá se refiera a los abusos de los pederastas católicos, que podrían significar la muerte de su Iglesia.

Y, sin embargo, más miedo me da el día en que Mariano nos explique su secreto contra la crisis. En comparación, el infierno del Benedicto y de Zapatero va a ser un balneario.
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Meditación para hoy:

Vengo leyendo todo el día vuestras opiniones sobre el "decretazo" de Zapatero (hay quien dice que de Elena Salgado, con la tímida oposición de José Blanco) para el recorte del déficit público. Voy a hacer de coche escoba, con vuestro permiso.

-Parece la confirmación de que Rodríguez Zapatero no será el candidato del PSOE en las próximas elecciones. Es como si hubiese hecho suya la máxima de que "alguien lo tenía que hacer, y es a mí a quien le toca inmolarse".

-El gobierno ha hecho el recorte que tiene más a mano, rebajando el sueldo a "sus empleados", los funcionarios y los pensionistas, la manera más rápida y directa de ahorrar en las cuentas públicas, a falta de soluciones más imaginativas.

-Os habéis pasado el día de ayer en un estado de cabreo creciente, cada uno marcando territorio con argumentos en caliente, entre los que han sobresalido análisis hechos con el corazón y con el cerebro a partes iguales. Como en las bolsas de valores, hoy toca serenar el análisis.

-Creo que algunos os habéis borrado del PSOE.

-Otros estáis esperando contramedidas, como impuestos progresivos a las rentas más altas, como una manera de sacudiros la pesadilla de ayer, con la esperanza de que el gobierno retome el rumbo de esas soluciones que siempre se esperan de la izquierda.

-Como explicaba Iñaki, jodido lo tenemos si esperamos que un gobierno europeo como el nuestro, que comparte con los demás moneda única e idéntica fragilidad ante los desmanes del sistema financiero global, pueda ahorrar 15.000 millones en dos años de otra manera.

-La gente del PP nuevamente ha dado la medida de su catadura moral, de perro sarnoso del hortelano. Lleva meses pidiendo a Zapatero "que sea valiente" (lo que eso significa en boca de la derecha) para presentarse como el protector de los pensionistas y de los trabajadores, ahora que el presidente hace un recorte salvaje que en otras circunstancias firmaría Mariano Rajoy sin parpadear.

Sigamos, pues, con el debate, pero no nos hagamos daño, que bastante tenemos ya.

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