Fuego amigo

Parece ser que el tamaño no importa

En el espinoso asunto de los sueldos estratosféricos de algunos colectivos, como el de los controladores aéreos, como venimos denunciando estos días, la discusión que verdaderamente subyace da vueltas y más vueltas en torno a los requisitos exigidos para pertenecer a la clase obrera. Parece que el baremo de riqueza no vale.

Así que, aunque parezca incongruente, hay una parte de la izquierda que está dispuesta a justificar, por ejemplo, el contrato multimillonario del futbolista Cristiano Ronaldo por el simple hecho de que es "un asalariado", porque poner en duda el derecho a cobrar semejante pastoriza haría que se le viniese abajo, como un castillo de naipes, toda la estructura sobre la que está construida la teoría de la lucha de clases: patronos y asalariados.

El adagio de mi amigo que decía aquello de "tengo ganas de ser rico para dejar de ser rojo" ha quedado definitivamente obsoleto, porque en esto de los sueldos, como en el amor, el tamaño no importa. No tenemos escapatoria.

Y en estas, aparece, como elefante en cacharrería, el Partido Popular, que propone la restricción del derecho a huelga, con medidas abiertamente inconstitucionales, sin distinguir entre obrero rico o pobre, pidiendo, entre otras lindezas, que no se pueda hacer huelga mientras se está negociando un convenio colectivo.

Debo reconocer que he recibido la noticia con alegría; no por nada, sino porque al fin se ha puesto en claro quién es el enemigo. Para los que pensaban que el gobierno de Zapatero no podía girar más a la derecha ahí tenéis parte del programa oculto del PP. El programa que tanto intenta disimular, por vergonzoso y vergonzante.

Esa es la cruda derecha.

Lo que esa derecha (que algún día gobernará, porque no hay ningún dios que remedie nada) esconde tras el epígrafe de Reforma del Mercado Laboral puede helarnos el corazón.

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