Fuego amigo

¿Es que ya no sabemos quiénes somos los nuestros?

La semana pasada el Partido Popular publicó un video memorable en el que mostraba la inseguridad ciudadana bajo los gobiernos de su propio partido, con alguna imagen de propina sobre los ajustes de cuentas del narcotráfico colombiano. Era tirar piedras contra su propio tejado pero todos lo achacamos a que a los paranoicos su enfermedad les empuja a conspirar contra sí mismos. Nada que no pueda solucionar el psiquiatra.

Ayer, el PSOE quiso echarles una mano con la segunda parte del video, esta vez con los personajes reales, con sus rostros, voces y fechas, en el que se exponen descarnadamente los sucesivos pasos de la rendición de Aznar y su gabinete ante ETA, contada por los propios actores. Y esto a Rajoy le pareció excesiva ración, después de haber comandado la manifestación del sábado... contra sus propios gobiernos. ¿Es que ya no sabemos quienes somos los nuestros?, debió de decirse para sus adentros.

Yo, como no soy creyente, hay cosas que me pierdo. Por ejemplo, me pierdo las razones por las que Acebes dice que la negociación de los gobiernos del PP con ETA eran lícitas (mientras la banda seguía matando y extorsionando, con una kale borroka que aterrorizaba la calle con una media de dos asaltos diarios) y la negociación del gobierno de Zapatero es, en cambio, una traición a la memoria de las víctimas. Me pierdo también las razones por las que el PSOE era un partido pancartero cuando estaba en la oposición, y por qué misterio el PP no es pancartero a pesar de haber convocado todas las manifestaciones que pierde en el Parlamento. Y como no soy creyente me pierdo también por qué la utilización de un video falso, chapucero y de una profesionalidad hilarante es una arma política válida en manos de un partido político la semana pasada, pero a la semana siguiente resulta que "no es moral, no es decente y no es democrático".

Bueno, pues cuando vi el video me dije aquello de "por fin, ya era hora". Porque el sábado en Madrid, todavía 130.000 creyentes (más 1.170.000 fantasmas) ni se habían enterado de que los malos que habían rendido su patria a los terroristas se encontraban entre ellos, camuflados, sujetando en la cabecera de la manifestación, melena al viento, las pancartas contra la negociación de una paz. El asesino iba llorando descaradamente en primera fila en el entierro de su víctima, como tantas veces hemos visto en las crónicas de sucesos.

Yo tengo el guión para otro video, ya os lo conté una vez, con las risas de fondo de los pujaltitos al término de votar en el Parlamento español nuestra participación en la guerra de Irak, acompañando las imágenes de la tragedia diaria de su ya guerra civil, con muertos despanzurrados, mutilados, bañados en un charco de sangre. Y de fondo, como en los telefilmes americanos, entre cadáveres y madres y esposas y niños llorando, más risas de los pujaltes, propinándose palmadas de satisfacción, fundiéndose con los silbidos de las balas trazadoras en el bellísimo espectáculo de una noche de asedio a la población civil.

Un día de estos me hago director de cine y lo pongo en marcha.

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