Quizá el llevar toda una vida sufriendo en silencio fuertes dolores de cospedal te inhabilite para el razonamiento sosegado. El caso es que la secretaria general del Partido Popular ve a RTVE poco imparcial, porque su referente de imparcialidad es ese pozo de basura ideológica de las televisiones públicas al servicio de su partido, allí donde gobierna, o el conglomerado de las llamadas TDT Party cuyas licencias fueron entregadas con generosidad a la extrema derecha que tantos servicios presta al ideario del PP.

Quizá ella añora los tiempos de Alfredo Urdaci, el último director de informativos de TVE durante el gobierno de Aznar, el único responsable de los Servicios Informativos de una televisión pública condenado por manipulación. Para un periodista, una condena por manipulación es como para un cura una condena por pederastia, o para un juez la de prevaricación.

Quizá añora, ahora que lo pienso, a Miguel Ángel Rodríguez, del que hablábamos ayer, el secretario de Estado de Comunicación en el primer gobierno de Aznar, señalado anteayer por un juez como un delincuente, famoso por teledirigir por teléfono los telediarios (todo en él era tele...), y por amenazar de forma mafiosa con la cárcel a Antonio Asensio, presidente a la sazón del Grupo Zeta, y de acabar con Antena 3 Televisión, allá por 1997, el año de la famosa Guerra del Fútbol.

Quizá sus fuertes dolores de cospedal le impidan recordar que TVE padeció una larga noche vergonzosa de manipulación informativa en los ocho años de gobierno del Partido Popular, en los que perdió su liderazgo de audiencia, y donde el periodismo alcanzó las más altas cotas de miseria profesional.

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Meditación para hoy:

Los dolores de cospedal, y quizá una rabia insoportable, le han hecho olvidar que el telediario estrella de TVE, la segunda edición, fue premiado hace año y medio como el "mejor informativo del mundo" por Media Tenor, un prestigioso instituto internacional de análisis de los medios de comunicación, con sede en Nueva York, Bonn y Zurich. En la concesión del premio se destacaba que con este informativo "el público español está en la mejor posición para construir su propia opinión sobre lo que ocurre en España y en el mundo".

Y eso es lo que a los dirigentes del PP les parece inadmisible, que el público pueda construirse, gracias a una televisión que no babea ante los gobernantes de turno, su propia opinión sobre el mundo que le rodea y sobre la degradación de la cosa pública en manos de una derecha corrupta.