Fuego amigo

Los amiguitos del alma de los terroristas

 

La decisión de Bildu de prohibir la entrada de los escoltas de los ediles amenazados por ETA en los municipios que gobierna, además de ordenar la desconexión de los arcos de seguridad en los accesos a los edificios públicos, conduce a un par reflexiones, ambas la mar de pintorescas.

 

La primera es que ya no es necesario extremar las medidas de seguridad por miedo a un atentado, porque ETA eran ellos, y ya han confesado por activa y por pasiva que han venido a la política en un viaje democrático sin retorno. O sea que, tranquilos, que el bosque está a salvo porque hemos dado empleo de vigilante a los pirómanos.

 

La segunda podría ser que, aunque Bildu no es ETA rehabilitada sino su enterrador, se ha embarcado en una operación de imagen que consiste en hacer ver que los terroristas confían tan a ciegas en la izquierda abertzale que ya les han avisado de que pueden relajarse, que perro no come perro. Es decir, la alcaldesa de Andoain, por ejemplo, genera la suficiente confianza en los mercados del terror como para impedir que suba la prima de riesgo.

 

Confianza. Esa es la palabra clave. Ni programas ni gaitas. Lo sabe bien Mariano Rajoy, preocupado él por la elevada prima de riesgo que España debe afrontar para evitar los estragos del terrorismo de los mercados financieros. Con Zapatero necesitamos gobernar rodeados de escoltas, con todos los arcos de seguridad pitando al menor descuido, porque no "genera confianza". Mariano sí. Es un misterio, pero sí. Él genera confianza. Y ahora es cuando viene la pregunta: ¿Con Mariano ya no nos van a amenazar los mercados porque los terroristas financieros son sus amigos?

 

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