Fuego amigo

El señor juez se ha puesto de huelga a la japonesa

 

Se conoce como huelga a la japonesa el exceso de celo productivo de los trabajadores para crear a su empresa problemas de stock, por una superproducción imposible de colocar en el mercado. Los problemas de coste del almacenamiento de determinados bienes voluminosos, como automóviles, por ejemplo, pueden ser determinantes para el éxito de la huelga. Aunque a veces la experiencia demuestra que más que un problema de almacenamiento lo que provoca es la fabricación de un peor producto, plagado de fallos por un deficiente control de calidad. 

 

Hay una versión política de la huelga a la japonesa, como la llevada a cabo por el Partido Popular en esta legislatura, en la que el 95% de las preguntas parlamentarias se referían sólo a la política antiterrorista, presentadas a veces en paquetes de cientos, enlazadas como cerezas unas a otras. A ese obstruccionismo se le llama filibusterismo. Lo de filibusteros (piratas) le va como anillo al dedo. Es tal la superproducción de esta oposición que no hay gobierno que pueda dar salida a tanto stock de estupideces juntas, y de un control de calidad tan deficiente. 

 

Cierto es que tan sólo trataban de dar cuerpo al axioma de "no hacer jamás preguntas de las que no sepas previamente las respuestas". Lo importante no era la pregunta (contestada ya una y mil veces) sino la producción, el volumen total, como aquellos cuatro millones de firmas a favor de someter a referéndum el Estatuto catalán, recogidas por Internet, sin que importara en absoluto si se colaba la firma de Blancanieves, los siete enanitos, supermán, el Tío Gilito, Mortadelo y Filemón, o los cien mil hijos de San Luis. (Yo firmé trepecientas veces con cincocientos nombres distintos, a cada cual más bonito. Una buena causa es una buena causa).

 

Grande-Marlaska, después de la regañina de sus compañeros (le acusaron nada menos que de ser un juez "injusto", y él ni se inmutó) por cómo llevaba el sumario sobre el Yak-42, ha pasado de la huelga de sentido común caído a la huelga a la japonesa, a la hiperactividad investigadora, y ha llamado a declarar a toda la cúpula militar responsable de la contratación del avión, generales, tenientes coroneles, comandantes... y a Trillo como ministro entonces de Defensa, y a su sucesor Bono, aunque esto último no lo entiendo muy bien. 

Como ex ministros que son pueden acogerse a la fórmula aséptica de declarar por escrito. Pero Bono ya ha anunciado que prefiere cantar las cuarenta a viva voz, mirándole a los ojos al señorito juez. El otro, el supernumerario del Opus Dei, ha dicho que lo hará por escrito... lo que ya es un primer error (casi un indicio, en términos jurídicos) que supongo que un juez, incluso Grande-Marlaska sin ir más lejos, sabrá calibrar en su justa medida. 

 

Ahora sólo resta que los colegas del juez vapuleado le obliguen a reabrir la causa en la que investigaba las irregularidades cometidas en la identificación de los cadáveres para que volvamos a creer al menos en la justicia, ya que no en las grandes marlaskas.

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Meditación para hoy: El Ibex-35 acabó cerrando el día con la tercera mayor subida de su historia: un 6,95%. Cunde el pánico en el comité de campaña electoral del Partido Popular.

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