Fuego amigo

¿Dónde y con quién habrá cenado Julio Anguita?

El PP no tiene el patrimonio de las aguas turbulentas estos días, y no me refiero a las del Ebro, que, al igual que Esperanza Aguirre, ya no guardan silencio ni al pasar por la ciudad. Izquierda Unida, en su catarsis inacabada, busca un discurso coherente, en un partido con más familias políticas en su seno que ese grupo de liberales, socialdemócratas, fascistas, conservadores, caspa dura y miembros de sectas religiosas que conforman el núcleo duro del Partido Popular (un guirigay de tendencias que, más que un líder o lideresa, necesita un pegamento).

Izquierda Unida explora afanosamente su identidad desde las tres últimas elecciones generales, una vez que la disciplina ideológica, casi teológica, y el peso político del PCE fueron sustituidos por un noble y romántico sentido de la izquierda, más cómoda con los principios de las socialdemocracias europeas y de los movimientos ecologistas que de disciplinas estalinistas.

Una de sus más brillantes personalidades, Rosa Aguilar, alcaldesa de Córdoba y responsable de Relaciones Institucionales de IU, hace ya varios años que se autoexpulsó, dejando de pagar su cuota de afiliada al PCE. Y el secretario general, Gaspar Llamazares, llora amargamente el haber dejado a IU, con su política de pactos, como una segunda marca del PSOE a los ojos de sus militantes y simpatizantes de la izquierda.

Pero, quietos todos, Julio Anguita viene a salvarnos. Él, que un día firmó el certificado de defunción de su partido sentándose a cenar en secreto con Aznar en casa de Pedro Jota, cena en la que se fundó la famosa "pinza", que aún hoy todavía niega a pesar de las pruebas en su contra. Un "pacto a la griega" para derribar al gobierno socialista de Felipe González, con la ayuda impagable del "sindicato del crimen", un grupo de periodistas dispuestos a acabar con el gobierno de González "hasta rozar la estabilidad del Estado", como denunció luego unos de los conjurados, el ex director de ABC, Luis María Anson, antes Ansón.

Es ese mismo Julio Anguita, el de aquel pacto miserable contra natura, el líder iluminado (no se sabe por quién, pero iluminado; bastaba con ver aquel semblante en trance) que dice venir ahora con un plan bajo el brazo para refundar Izquierda Unida ante la "falta de ideas". ¿Dónde y con quién habrá cenado últimamente, que vuelve tan fresco y lenguaraz?

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