Fuego amigo

Mariano está ya en campaña

Alguno de sus gestos rozan lo grotesco, como eso de plantarse en Ibiza a "comprobar por sí mismo" cómo iban los trabajos de limpieza de las playas afectadas por el fuel del barco hundido, y de paso... sopesar las dimensiones del desastre por si el buen dios había tenido a bien concederle ese Prestige del PSOE que tanto necesitan y que tercamente les niega. Apenas quedaban unos "hilillos", pero en tiempos de campaña (no hay ya precampañas, como ya no hay primaveras desde el cambio climático) el PP no podía dejar de hacerse la foto aunque sea extemporánea y absurda. Yo imagino el asombro y las risitas de los lugareños y de los turistas viendo llegar a Rajoy con su cohorte del departamento de imagen de su partido dispuesto a inspeccionar el lugar de autos, con gesto de preocupación calculada, con esa cara que se le pone de experto en mareas. Menos mal, habrán suspirado, que ya ha llegado Rajoy; estamos salvados.

Mientras deja a su mentor, el hombrecillo insufrible, haciendo el trabajo sucio en FAES, él se pone el traje de campaña y empieza a soltar ideas para demostrar que, además de lo de ETA y de la desmembración de España (¡Paña!), esconde en su cabeza de registrador todo un ideario de gobierno, original, imaginativo, bueno y para gente decente y normal.

¡Oh, qué idea! ¿Cómo ganar las próximas elecciones en un país tan escaso de gente decente y normal? Si las normas electorales te son esquivas, hay que cambiar las normas electorales. Si los electores no te dan la mayoría para gobernar, hay que cambiar la ley (ya que ahora no está bien visto encarcelar o hacer desaparecer a los electores desafectos al régimen). Así de expeditivo. Si la democracia es un estorbo se cambia la democracia. Y así, ad libitum, que diría mi padre. ¿Cómo? Proponiendo, por ejemplo, que no pueda gobernar ningún partido que no alcance el 30% de los votos. Este hallazgo es el resultado del análisis de las últimas elecciones en Baleares, donde la unión de "nada menos que seis partidos" frente al suyo, que obtuvo "el 47% de los votos", supone una "falta de respeto a la democracia", a la "voluntad de los ciudadanos", y una "burla". Así, de corrido.

Para un demócrata de casi toda la vida como él, la voluntad del 53% de los ciudadanos que no le votaron es una falta de respeto a la democracia y una burla a su 47% de votos. Es lo que tiene el haber nacido para la política en aquel partido formado por los demócratas orgánicos de Alianza Popular, el partitus antecessor del PP, con los "siete magníficos" del franquismo al frente. En la democracia sin adjetivos de hoy, todavía le atormenta el recuerdo de los abusos sufridos por parte de aquellos violadores franquistas que te vendían que la democracia orgánica no era pecado, hijo, que era buena, y que te dejaras hacer porque no dolía. Y no una democracia como la actual, donde es posible que seis pequeños partidos, cada uno de su padre y de su madre, puedan hacer frente con éxito al partido de la gente decente y normal.

Pues va a ser que no. Bastantes injusticias, a mi entender, propicia la célebre Ley D’Hont y su lotería de premios, para que pongamos más distancia entre los votos depositados en las urnas y el resultado final de quienes nos gobiernan.
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Meditación para hoy: El embajador del Vaticano en España, el Nuncio, ha querido matar al mensajero. Lo malo no es que haya curas violadores, lo malo no es que la jerarquía eclesiástica intente ocultar el tamaño de sus desmanes, lo malo para ese monseñor que tan alegremente se entromete en la vida pública española es que los medios de comunicación se han ensañado con la noticia de los abusos. Manuel Monteiro de Castro, que así se llama este buen hombre, intentó minimizar los casos aparecidos en el seno de la Iglesia con el viejo argumento de que en otros ámbitos (como en la familia) el número de casos es aún mayor. "Uno puede preguntarse por qué la Iglesia debe de pagar y las otras entidades no deben pagar" (..) "por más que uno quiera ser bueno, es discriminación. Uno va a encontrar los mismos casos casi todos los días; ahí se ve mala intención (de los medios de comunicación), digan lo que quieran". Ayer escuché en la radio la mejor respuesta a los argumentos de este padrino de sus ovejas descarriadas: que el que te viole un cura es como si te robara un policía o prendiera fuego a tu casa un bombero.
Un día de estos, cuando me lo encuentre, se lo suelto. Aún a riesgo de que a continuación vaya de acusica al Papa y me excomulgue.

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