El día de la huelga declarada de secretarios judiciales, el dies irae en el que simultáneamente se celebraba otra huelga, ésta encubierta, de los jueces de toda España, la expedientada secretaria de la Audiencia Provincial de Sevilla, Juana Gálvez, se despedía de la prensa anunciando para el día siguiente unas declaraciones. Recuerdo a todos, por si me está leyendo algún marciano, que su falta de diligencia hizo posible que un violador pederasta en libertad violara y matara a la niña Mari Luz.

Ayer leyó ante los medios de comunicación lo que ella dice ser una explicación, y que todos hemos interpretado como una disculpa. Ella, gracias a una sanción administrativa, ha perdido el empleo y el sueldo durante dos años. Los padres de Mari Luz han perdido a su hija para todo lo que les resta de vida. Sé que parecerá reiterativo, pero es que si no lo repito no se entenderá lo que viene después.

Vi a Juana Gálvez en la televisión, muy compungida, con un folio en una mano temblorosa, dispuesta a leer lo que a todas luces estaba escrito cuidadosamente por el exitoso comité de huelga corporativa del día anterior. Está triste, me dije, porque es en verdad una papeleta pedir perdón ahora públicamente a unos padres que ya no tienen otro consuelo que la venganza, ya que en su caso es difícil esperar justicia.

Unos segundos antes de pegarle una patada al televisor oí que la contrita secretaria de la Audiencia echaba la culpa de su, digamos, despiste al exceso de trabajo y al caos en la administración de justicia española. La culpa es de ZP, y por delegación, del ministro de Justicia.

Tras su profundo análisis de la realidad vino, al fin, la frase que el comité de huelga creyó oportuno introducir a última hora, para que ella no pareciese una desalmada, además de una incompetente, y para que nadie cayese en la tentación de juzgar la huelga como un acto del más sucio corporativismo. Apenas de pasada se refería a la muerte de Mari Luz como "los desgraciados sucesos que lamentamos". Eso es todo. Ni una disculpa a los padres de la niña. Nada de pedir perdón.

Es verdad, la justicia española es un caos. Por lo menos eso.
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Meditación para hoy:

El Ibex-35 alcanzó ayer la segunda mayor caída de su historia: un 8,16%. No hace ni una semana que había obtenido la mayor subida de su historia. Si bien días antes había padecido la mayor bajada de su historia. El Ibex-35 parece decidido a hacer historia un día sí y otro también. Aunque me temo que un día de estos va a venir el lobo de verdad y se va a comer a todos los jugadores de fortuna del Ibex-35. Me tienen hasta los mismísimos.