Marcha a Bruselas

El 'síndrome de Ana'

Pasados los primeros días, los amigos empiezan a salir del grupo, siendo reemplazados por nuevas incorporaciones que aportan renovados ánimos a nuestra Marcha.

Con las despedidas, una nueva enfermedad corre entre el grupo. Es el llamado "síndrome de Ana" que toma su nombre de Anita, la primera persona en dejar el grupo y retornar a su trabajo de limpiadora en el Clínico de Zaragoza.

Como ella, uno tras otro, todos al dejar esta familia en que nos hemos convertido y llegar a casa, sin duda comidos por la nostalgia y la morriña de los días pasados en tan buena compañía, nos llaman con cualquier pretexto. Dicen que es para asegurarse de que estamos bien, eso quieren que creamos, pero todos sabemos que de lo que se trata es de no perder ese buen "rollito"y los fuertes vínculos de amistad y cariño que se han creado.

Algo parecido nos pasará con la gente de L’Ainsa. De esta preciosa localidad y de su magnífica y solidaria gente nos llevamos un gran recuerdo y el corazón repleto de su cariño.

¿Cómo contar sólo con palabras su gran recibimiento a la entrada del pueblo? A los aires de algunos de los músicos de la Ronda de Boltaña y coreando consignas contra la reforma laboral y llamando a la huelga general del 29 de setiembre, 200 personas en bicis y caminando nos llevaron en alas de ternura, compromiso y solidaridad hasta la plaza Mayor.

Gracias gentes de L’Ainsa, gracias a los músicos, siempre dispuestos a colaborar en cualquier empresa en la que los embarquemos, aunque sea una tan quimérica como ésta. Y también gracias, ha sido una agradable sorpresa, a José Cabrero, de Jaén, diputado durante ocho años en el Parlamento Andaluz, cuatro de ellos como Senador de Izquierda Unida en Andalucía. Incorporado en Morillo de Tou, donde estaba de vacaciones con la familia, no tuvo ningún inconveniente en incorporarse a la Marcha y recorrer con nosotros el último tramo de la etapa.

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