JOSÉ LUIS MARTÍNEZ

Fos, Arlos, Marignac, Montrejeau. Las primeras villas del Midi francés van desfilando ante nuestros ojos atónitos de tanta serena belleza. Hoy es un lujo caminar bajo este sol de agosto sumergidos en un aire decadentemente galo,  que lo envuelve todo. Yo si, como mi paisano Goya, me declaro absolutamente afrancesado.

Y es también un lujo caminar al lado de Patrice, mi compañero en la ruta del sindicato "Solidaires". Más de 7 horas andando y practicando francés intensivo que recompensaré con los restos de un jamón de Teruel. Ayer, tras nuestra entrada en Francia, llegaron a nuestro encuentro una buena cuadrilla de activistas franceses con ese aspecto tan deliciosamente "hyppie demodé" que impera en Midi Pirenees.

La cuadrilla llegó desde Montrejeau, pequeña localidad de 8.000 habitantes, fin de etapa de hoy. Aquí la "peña de la gauche" se junta en un "colectivo en defensa de pensiones justas". Claro, si andan luchando porque Sarkosy no les joda más su pensión, inevitablemente les cantarán las pintas del 68. Son sindicalistas de Solidaires, anticapitalistas, verdes, socialistas oficiales y disidentes, anarcos, et tout "le mêlange" de otras razas supervivientes. A nuestros anfitriones la marcha les viene "de perillas", y aprovechan para hacer propaganda de la manifestación nacional en defensa de las pensiones que tendrá lugar el próximo 7 de septiembre.

La presencia de la gente de Solidaires y Attac aumenta el interés del personal por la "serpiente naranja". Aquí, a la gente, le fascina ver a paisanos de sus abuelos, empecinados en llegar andando a Bruselas para defender los derechos de los trabajadores españoles y europeos. Como un crótalo cargado de veneno lisérgico vamos intoxicando de rebeldía a nuestro paso.