Marcha a Bruselas

Los Mongeros conexión

JOSÉ LUIS MARTÍNEZ

Con la bandera de "pensiones justas en el tiempo justo" los sindicatos y la izquierda francesa regresan a la movilización social. 23 de septiembre, segunda jornada de huelga general y gran manifestación en Arras, pequeña ciudad industrial del norte fuertemente golpeada por el paro. Acogida calurosa a los marchistas y ambiente crispado en contra el gobierno. Hoy sesión doble. Dos al precio de uno y visita raid a Lile, a la gigantesca marcha que se espera en la ciudad más industrial del Norte.

La Marcha se ha convertido ya en un "invitado especial" en los escenarios de movilización social del septiembre galo. Manifestaciones, conciertos por los "sin papeles", debates, cenas multitudinarias. Incluso comienza a ser un elemento cotidiano en las "gendarmeries" gracias al "celo profesional" de la Prefectura. Estamos pensando solicitar el uso de sus jardines para instalar nuestras tiendas y así estar "mejor controlados".

Sarkozy ha prometido más presión política y policial, a los agentes sociales, en respuesta a la movilización en defensa de la Francia Social. Intenta ganar tiempo en el proceso de tramitación parlamentaria de las reformas y saca el palo para contener la protesta.

Nosotros vamos probando algo de sus modos exquisitos con la siempre acogedora presencia de los gendarmes en nuestro camino. De los gendarmes y de los "estupas".

La Monegros Conexión.

Horas antes hemos vivido el episodio más trepidante de la marcha. Interceptados en una carretera departamental por dos coches del Ministerio del interior. Uno, con una parejita de policías muy a la "page", cumple sus funciones de "mosca cojonera". Lo habitual. El otro, con dos mendas de paisano y pistola al cinto, nos deja perplejos. A los de Prefectura también. Les hacen un gesto gélido y los avienta. Y aquí comienza la ficción.

Nos preguntan que ¿qué sabemos de un coche accidentado, días atrás, en las inmediaciones de St. Gaudens?

Nosotros respondemos que no solo lo hemos visto abandonado en la carretera, sino que además hemos avisado para que lo retirase la grúa.

Nos preguntan, ¿Qué objetos vieron en torno al coche?

Respondemos que unos paquetes pequeños, como si de cajas de tornillería se tratase.

Responde el jefazo de la operación que "nada de tornillos, tan solo algunos cientos de kilos de hachis". Nos esperan en la gendarmería de St. Quentin para prestar declaración. Definitivamente pasamos a ser considerados la "Monegros Conexión".

Del contenido del interrogatorio eludo detalles por la cosa del secreto oficial. De mis sospechas sobre la presencia de un jefazo de narcóticos venido de París entrevistando a un dirigente social español: Pues que el tipo, a parte de recabar datos para la investigación, quiere cerciorarse de que no se nos pegaron algunos paquetes de "chocolate" a los dedos.

Realizar un pase de 500 kilos de "costo", del Moro hasta Francia, disfrazados de Marcha a Bruselas, entraría en el Guinnes de la creatividad "camellera" y sería rápidamente apadrinado por el cartel de Sinaloa. Diga usted que nosotros tenemos la coartada perfecta: ¿A ver quién es capaz de andar más de 1.000 kilómetros con tal cargamento en los pulmones?

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