Marta Nebot

En el Congreso 3

El 11 de noviembre de 1997, Manuel Fraga (presidente de la Xunta) afirmó sobre la intervención de Clementina Díez (PSOE) en el Congreso de los Diputados: "Lo único que exhibió esa señora fue su escote".
Clementina fue muy dura en su discurso con la ministra de Educación (Esperanza Aguirre), pero lo único que trascendió fue que don Manuel destacó el plano contrapicado que en televisión mostró su generoso canalillo de talla 100.

Hubo reacciones de dos tipos. José Bono llamó a Fraga "viejo verde" y Celia Villalobos le quitó importancia al asunto: "Lo que el presidente de la Xunta quiso decir es que le faltó ingenio y le sobró dureza"–que digo yo: ¿eh?–. Y: "Machismo es que te metan en una lista para que haya un 25% o más de representación femenina, pero no tienes acceso a las decisiones importantes. Que no lo tenemos en ningún partido. En los núcleos duros del poder no hay ninguna mujer". Eso dijo antes de ser ministra, de que hubiera un gobierno paritario y de que las cuotas fueran confirmadas por el Constitucional. Además, las diputadas (no peperas) presentaron un escrito firmado por sus grupos, pero Fraga no rectificó. De hecho declaró que no pensaba retirar "la simpática alusión" que hizo "a los atributos de una dama porque estaría mal" y que lo único que hizo fue "defender a una señora y no atacar a otra" –todo caballerosidad–.

Clementina me ha contado que, aunque han coincidido en varios actos, jamás se han dirigido la palabra. Ella, por no darle más bombo al asunto, se limitó a agradecer la solidaridad de sus compañeras y de algunas del Partido Popular (cuyos nombres no me da para no comprometerlas). Lo que le ocurrió es equiparable a que se dijera que lo único interesante de un discurso de Fraga es el bulto de su bragueta; que, con todos mis respetos, también salta a la vista y sin embargo nadie lo comenta.

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