Memento

Los jueces lo son todo, estúpido

El expresidente del CGPJ y del Tribunal Supremo Carlos Lesmes durante una intervención en la ceremonia de toma de posesión de tres nuevos jueces. Imagen de Archivo. -Chema Moya / EFE
El expresidente del CGPJ y del Tribunal Supremo Carlos Lesmes durante una intervención en la ceremonia de toma de posesión de tres nuevos jueces. Imagen de Archivo. -Chema Moya / EFE

Hace un tiempo, hablando con un amigo, valorábamos el paso de Unidas Podemos por el Gobierno y su capacidad de acción. Más allá de sus vicios y sus virtudes, sus filias y sus fobias, pensábamos que tal vez estuviéramos ante la última oportunidad de tocar poder por parte de un partido a la izquierda del PSOE y con voces (y mentes) que, realmente, buscan transformar el país que le permiten sus 33 diputados. Mi colega, en la búsqueda desesperada de un atisbo de esperanza, sentenció: "tienen al peor PSOE en contra, a la derecha, a los medios de comunicación y a parte de la población, pero pueden meter mano en el BOE y eso es lo más importante". Eso era. Legislar a pesar de todo para mejorar la vida de las personas.

Con algunas leyes lo estábamos viendo, otras, como la de la vivienda vemos que estaba costando, pero albergábamos todavía la esperanza de que pudiera salir adelante, aunque fuera con una propuesta de mínimos. Pero la ley del 'solo sí es sí', la ley rider, el ingreso mínimo vital, la eutanasia, la reforma laboral, parece que puede aprobarse en breves la ley trans... Había motivos para cierto optimismo, pero la realidad, en muchos casos, vuelve a darnos un sopapo que nos recuerda que en esta democracia cuasi fallida los que más mandan son a los que no vota nadie. Los poderes fácticos son lo importante. Me dan ganas de llamar a mi amigo y susurrarle al teléfono "los jueces lo son todo, estúpido".

Lo vemos continuamente. Esta semana con la interpretación en su beneficio de la ley del 'solo sí es sí', que más allá de rebajar penas por delito sexual, lo han utilizado para sembrar dudas sobre una ley que amplía la protección de las mujeres y que responde a una demanda social. Cabe recordar que se aprobó con 208 votos a favor de 350, lo cual no es poco en un Parlamento tan polarizado y remarca que la necesidad que existía de legislar en este sentido. Pero da lo mismo, desde los medios ya se encargaron de echar todo el fango encima antes de ser aprobada y van a aprovechar cualquier interpretación intencionada para seguir manchando una ley necesaria, demandada y respaldada. Y lo hacen solo por el hecho de quién la ha sacado adelante. Y los jueces lo saben. Y sus amiguitos parlamentarios mucho más.

Además, el Partido Popular es especialista en recurrir al Constitucional las leyes que no le gustan, aunque luego se aprovechen de algunas. La última, la de la eutanasia, que seguro que no rechazan utilizar si se da el caso como hicieron con el aborto, el matrimonio homosexual o los divorcios. Porque la idea es rascar votos y protestar contra toda iniciativa legislativa que no venga de su parte. Da igual si saben que es un avance innegable a la sociedad, deben sembrar dudas y saben que en el Constitucional se sienta gente afín. Ya lo decía el chiste: para que uno del PP se siente frente a un juez solo tiene que esperar a la cena de Nochebuena.

Por eso no quieren renovar el Poder Judicial si no pueden ellos decidir su mayoría. Lo hicieron antes y lo hacen ahora poniendo cualquier excusa. Confían en volver pronto al poder, el cual creen que les pertenece, y seguro que lo renuevan en un visto y no visto. Por eso la transición fue tan rápida, porque sabían que en los poderes que no votamos seguían teniendo el control. Si incluso en los asuntos más superficiales como el sello conmemorativo por el 100 aniversario del PCE salen jueces a dar la nota, cómo no querer esa autoridad y agarrarse a ella con cualquier excusa.

La próxima vez que vea a mi amigo tendremos menos esperanzas. La publicación de leyes que mejoren la sociedad en el BOE seguirá siendo motivo de alegría, pero como dice el refrán: en casa del pobre, dura poco la alegría. Tampoco en casa del pobre se están criando los futuros grandes jueces y ahí reside gran parte del problema. Porque los jueces lo son todo, maldito estúpido.

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