Memento

¿Cómo va a ser un violador si es famoso y millonario?

Dani Alves saluda a los fans del Barcelona después del partido amistoso de fútbol entre la A-League All Stars y el FC Barcelona en el Estadio Australia. Foto de Archivo. Brett Hemmings / AAP / dpa
Dani Alves saluda a los fans del Barcelona después del partido amistoso de fútbol entre la A-League All Stars y el FC Barcelona en el Estadio Australia. Foto de Archivo. Brett Hemmings / AAP / dpa

Desde que Dani Alves entró en prisión sin fianza acusado de violar a una joven en una discoteca de Barcelona, hemos asistido al enésimo juicio público y, sobre todo, mediático. Es la típica noticia que celebran  en los despachos de los grandes medios de comunicación porque les va a dar horas de programas, decenas de páginas de periódicos y, en definitiva, numerosos ingresos. Botellas de champán descorchándose sonaron ese día en más de una redacción.

Desde que el pasado 20 de enero fue encarcelado, hemos sabido prácticamente toda su vida en prisión. Que compartió celda con un hombre que tenía nombre de futbolista, que ya ha jugado su primera pachanga, que ya firma camisetas, que otros presos denuncian que tiene privilegios (¡sorpresa!), sabemos sus vis a vis, también que su pareja ha pedido el divorcio, que ha sufrido acoso en redes... todo. Asistimos a su día a día mientras se nos lava muchas veces su imagen, se duda de la víctima y sigue sobrevolando el pensamiento arcaico de "para qué va a violar si es rico y famoso".

Cada nuevo caso de este tipo supone un torrente informativo vergonzoso. Justo estos días se ha estrenado en HBO la serie documental "Arny. La historia de una infamia" sobre el famoso caso judicial de finales de los años 90 que señalaba a famosos homosexuales como abusadores de menores. Más allá del bochornoso juicio, una vez más quedan señalados los medios, que pagaban a testigos con problemas de adicción mucho dinero para que contaran mentiras en televisión. También en el documental de las niñas de Alcàsser quedan especialmente retratados.

Pero aquí no pasa nada, no se depuran responsabilidades y muchos periodistas que participaron en la vergüenza de hacer un circo de dos casos tan graves siguen ejerciendo y, además, con cierto prestigio y credibilidad. Lo mismo sucede con el caso Alves u otros mediáticos de los últimos años. Llenan horas y horas de programas de mentiras, suposiciones y señalamientos sin ningún tipo de pudor ni seriedad. Pero cuando se pide que haya una ley de prensa que termine con este bochorno se acusa a quien lo propone de censura cuando no hay mayor censura que dejar el poder mediático en manos de bancos y grandes empresas.


Pero volviendo al caso con el que empezábamos este artículo, la palma se la llevan los diarios deportivos, que al tratarse de un futbolista han decidido hacer un seguimiento mayoritariamente deleznable. No entraremos a valorar los comentarios de usuarios de sus webs porque entraríamos en pánico ante el futuro más próximo, pero la mayor vergüenza fue la del diario deportivo catalán Sport que entrevistó ayer a la exmujer de Dani Alves.

Todo un masaje en forma de preguntas donde la víctima y los hechos que se conocen hasta el momento quedan en segundo plano. Se interesa por cómo está, cómo están sus hijos, le pregunta que si han llorado mucho. Habla el entrevistador del futbolista como una "diana fácil" y le permite mandar un mensaje tanto a Dani Alves como a los lectores. Ella insiste que ‘pondría la mano en el fuego por él’ porque en 20 años jamás le habló en tono alto ni la trató mal.

Una entrevista que aporta poco a nivel informativo, pero que sirve para seguir lavando la imagen pública de Alves porque los juicios paralelos muchas veces influyen en los oficiales. Y vendrán más entrevistas así porque todos querrán su parte del pastel.


Una vez más se señala que no puede ser un violador porque a ella le trataba bien. Y nos quedan meses de escuchar que no puede ser un agresor sexual porque tiene tías gratis. ¿Para qué va a violar un famoso millonario? Tal vez por ser eso. Alguien a quien se le ha consentido todo y que se cree por encima de la ley. Por suerte, la sociedad ha avanzado y ya no se toleran estos hechos deleznables vengan de quien vengan. Por mucho que la prensa siga intentando vendernos su discurso reaccionario, serán ellos quien se queden atrás tarde o temprano.

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