Memoria Pública

Memoria Viva

Memoria Viva

Hasta el día de hoy, no se ha logrado la justicia el los muchos casos de personas detenidas "desaparecidas" en  Aguilar de la Frontera. Este artículo pretende ser una muestra, insignificante, para mostrar el alcance de la tragedia y el hecho de que los crímenes hasta el día de hoy se mantienen impunes. Recordar a los desaparecidos es una tarea necesaria e imprescindible si se quiere construir un futuro mejor donde no queden impunes.

Siempre ha sido un hecho conocido por todos, la certeza de la existencia de las fosas comunes de la guerra civil. Y que estas se encontraban en el interior del cementerio municipal de Aguilar de la Frontera. Los mayores desde siempre así lo habían contado.
Durante muchos años esa certeza, conocida por todos, nunca pudo ser constatada y demostrada. Las fosas existían, pero nadie sabia donde estaban. O al menos nadie acertaba a concretar el lugar exacto de la ubicación de las mismas.

Con el final de la dictadura franquista, durante los años de transición se emprendió por parte de un grupo de personas de la localidad, el primer intento real de localización de las fosas comunes. Durante varios meses se practicaron catas en los lugares mas insospechados, sin llegar a encontrar las mismas. Determinar con exactitud el lugar y ubicación de las fosas comunes fue siempre tarea poco menos que imposible.

El segundo intento ha sido el llevado a cabo a través de esta investigación, treinta años más tarde, sabiendo perfectamente cuando comencé la búsqueda de alguna pista al respecto que contaba con la dificultad añadida del paso inexorable del tiempo y de la perdida de información que esto ocasiona. A lo largo de todos estos treinta años se han perdido testimonios muy valiosos de primera mano que hubiesen sido determinantes para ubicar el lugar donde se encuentran las fosas.
Para realizar búsqueda he utilizado numerosos testimonios de familiares y personas que vivieron aquellos acontecimientos de forma directa así como cuanta otra información he podido recopilar en distintos archivos documentales e históricos. Todos han aportado algo.

En este trabajo pues, cuya fuente principal de investigación han sido los testimonios orales ha tenido la imperiosa necesidad de utilizar de manera complementaria otras fuentes de investigación como la escrita, profundizar en la reconstrucción de los hechos.
Y ha sido necesario en muchas ocasiones poder confrontar los testimonios orales con la información que en un contexto distinto a veces ha sido proporcionada por los datos documentales.
Pero lo que sin duda alguna me ha ayudado de forma notoria y considerable fue la respuesta de un buen amigo, me dijo ... comienza preguntando a la gente ... la gente sabe.

Esto sin duda alguna me hizo replantearme el esquema inicial de trabajo y comenzar a trabajar solo en una línea de investigación, la cual he mantenido durante algunos años y que ha resultado fundamental para por fin conocer parte de la verdad que buscaba. Estoy hablando de las entrevistas personales. La búsqueda de la memoria viva, como se ha dado en llamar o la búsqueda de donantes de memoria.

Durante todo el año 2007, ocupe todo mi tiempo en esta línea buscando y encontrando a decenas de personas de avanzada edad que me abrieron las puertas de sus recuerdos mas reconditos y los cajones donde han guardado como oro en paño durante muchas décadas sus pequeños tesoros personales, fotografías, documentos familiares, cartas, etc ...
Todos, absolutamente todos, han prestado un gran servicio a esta noble causa. Y desde aquí, quiero agradecerles su desinteresada y valiente colaboración.
Con algunos de ellos, hemos llegado a buscar físicamente sobre el terreno, intentando en mas de una ocasión ubicar las fosas, pero siempre de forma errónea. Tras varios intentos infructuosos, la idea de no encontrarlas nunca comenzó de perturbar mi ánimo.
Pero he de decir sin faltar a la verdad que ha habido tres testimonios importantísimos y relevantes a la hora de clarificar y obtener luz acerca de la ubicación y emplazamiento de las fosas comunes. Testimonios que por su grado de fiabilidad y certeza me acercaron y aproximaron a ellas por primera vez.

Recuerdo perfectamente que el primero de ellos me llego a finales del mes de octubre del año 2007, cuando conecte mi grabadora para conservar en ella el testimonio nº 19 de ese año, correspondiente a una mujer de 87 años, Manuela Molina Castro.
Su testimonio junto a otros conseguidos con posterioridad a lo lardo del primer trimestre del año 2008 ha sido fundamental para localizar y emplazar las fosas comunes y por supuesto para poder reconstruir los hechos ocurridos en el entorno de las mismas durante el verano de 1936 y los meses posteriores.
Y gracias a los mismos poder plantear los primeros intentos de localización técnica de los fosas comunes existentes en el cementerio municipal.
La localización del primer asesinado con tumba encontrado José María Tubino Montesinos,  fue un hallazgo revelador y novedoso.

Cuando en el mes de marzo de ese mismo año 2008, AREMEHISA comenzó una intervención con georadar para localizar estas fosas, la fortuna y el azar quisieron que el testimonio de Ascensión Ríos Jiménez,de 80 años, también fuera revelador para localizar y ubicar otro enclave concreto.
Ya en el mes de noviembre del año 2009, realizando de nuevo otra entrevista grabada, el testimonio de Manuel Reina Navarro de 78 años, me acercaría de nuevo a otro emplazamiento más , también importantísimo para poder actualizar la investigación comenzada algunos años antes.

He tenido en cuenta también el enorme valor testimonial de los supervivientes, sus testimonios orales, su memoria viva, han servido para indagar las lagunas documentales, en muchos casos imposibles de descifrar en los documentos encontrados, para poder rescatar esta parcela oculta de la historia reciente de nuestro pueblo.
Algunos de estos fragmentos desgarradores, han salido del cajón de la memoria de muchos de ellos y el simple echo de escribirlos y leerlos hace que te duela el alma ..

... yo estaba con mi abuelo y sentí, todo el tiroteo, ... había muchos muertos, y los estaban fusilando ... . Luego ... vimos que los estaban matando, y después les echaron gasolina, se formo una humareda negra que llegaba ... a mi , una humareda ..."

"... los traían al cementerio, los vimos como llegaban muertos en el camión y meterlos, tirarlos a las fosas ..."
"al oír los disparos, el hijo menor, Francisco (de tan solo 18 años) acudió en ayuda de su familia, pero fue reducido, detenido y subido a un camión junto a otros hombres y mujeres, que corrieron su misma suerte. Nunca más nadie volvería a verlos con vida. Francisco, gritaba a su madre, mientras el camión se alejaba ... Los cuerpos permanecieron varios días en el exterior de la casa, fueron arrojados junto a la corraleta de los cerdos, para que sirvieran de escarmiento a todo el que pudiera verlos. Así lo dejaban bien claro y todos sabían lo que les esperaba si no estaban con el nuevo régimen que surgiría del golpe de estado a la república. Nadie supo, jamás donde fueron escondidos sus cuerpos. Nadie, se ocupó de registrar nunca sus asesinatos "

" A mi, me decía el carcelero: a que vienes tan temprano a traerle el desayuno, si tu marido es como el cochino que están cebando para matarlo ...."

"Al buscar a Rafael y no encontrarlo, las represalias se dirigieron a su familia. Tras el registro de la huerta sin encontrar a Rafael, volvieron al molino. Preguntada la familia por el paradero del hijo, y no obteniendo respuesta alguna, ordenaron a Carmela que se pusiera el delantal en la cara, cubriéndose, para no ver lo que estaba a punto de suceder. Carmela se negó rotundamente y pudo contemplar como mataban allí mismo al padre de Rafael (su suegro) de un tiro en la cabeza."

"... perdió gran cantidad de peso, y llego incluso a orinar sangre, debido a las palizas que soportó. Durante algún tiempo lo pudieron ver salir de los calabozos esposado, en dirección al ayuntamiento . Lo llevaban allí según nos pudo manifestar en una de esas salidas para "ajustar cuentas".

"...el nuevo alcalde en cuestión, ante las suplicas de su esposa, que llegó a entrevistarse con el, y haciendo uso de una crueldad extrema, le manifestó, su acuerdo de que Juan saliese de la cárcel ... pero no para ser libre, se lo llevaran próximamente en un camión, pero para matarlo".

"...el estaba oculto, en un pozo en la calle Altozano, venían todos los días la guardia civil a buscarlo, lo buscaban y no lo encontraban."
Ante el temor de que lo encontraran, huyo al campo a una casilla en los Arenales, cerca de Puente Genil.

Tras varios días escondido, y por no poner en peligro a nadie, se fue, se fue al campo solo y ya no volvimos a verlo. Cogió el camino de Puente Genil. Mi madre, tiro detrás de él, pero no lo encontró, no sabemos cuando ni como lo cogieron, alguien nos dijo que lo cogieron en el camino. Mi madre decía que había sentido tiros y que a él no le había dado tiempo a llegar a Puente Genil...

... la entrada a Puente Genil, estaba toda lleva de cadáveres, a un lado y otro de la carretera".
" ...llegaban a caballo, los hombres escuchaban los cascos desde lejos, y corrían a esconderse. Buscaban en todos, sitios, nos hacían salir de la casa a todos, nos gritaban, empujaban y amenazaban. Pero eran tan estúpidos, no encontraban a los hombres escondijos en lo alto de los árboles".

"... José permaneció encarcelado varios días en esta prisión. En el interior de la misma y acuciado por los acontecimientos que desde ella presenciaba a diario (paseos, sacas nocturnas y asesinatos) decidió poner fin a su vida, privando a sus verdugos de este acto. Utilizando su cinturón se colgó del cuello hasta morir. Ante la impotencia que sintieron sus verdugos al ver que ya no podían ellos arrebatarle la vida, en un acto de crueldad extrema, le remataron con el tiro de gracia allí mismo."

" Al oír los disparos, el hijo menor, Francisco (de tan solo 18 años) acudió en ayuda de su familia, pero fue reducido, detenido y subido a un camión junto a otros hombres y mujeres, que corrieron su misma suerte. Nunca más nadie volvería a verlos con vida. Francisco, gritaba a su madre, mientras el camión se alejaba...

"... casi todos los días a los huérfanos, después del comedor del Auxilio Social, (el de las monjas) nos llevaban a la Falange, donde un señor, nos ponía a desfilar por la calle , con una palo que hacia de fusil, vestidos de "balillas" con una camisa falangista y cantando el cara al sol".
" Tenia que irme allí y luego me venia a la viña de mi abuelo que estaba casi enfrente del cementerio y luego por la mañana temprano me iba allí al melonar y luego ya oscureciendo volvía a la viña de mi abuelo.
... solita por aquellos caminos , de noche ... dos meses estuve así escondida, me maltrataron ,me pelaron y me dieron aceite de ricino ."
"... ella pegaba muchas voces cuando le dijeron ¡ dinos donde esta tu marido¡ decía si necesitais a mi marido buscarlo por que yo no lo necesito para nada y gritaba ¡Viva la Republica¡ ¡Viva el socialismo¡ . Eso lo vi y lo oí yo.
Yo llorando y escuchando. Le decían ¡que te matamos¡ y ella les decía ¡matadme¡..."

" Los quemaron, a los primeros los quemaron... "

" los llevaban a la estación, salieron de la cárcel y los llevaban a todos atados a una cuerda, todos junto, quince o veinte hombre y también había dos mujeres... ya no les volvimos a ver..."

"... se que fueron asesinados en los alrededores del puente Camarata y que después los rociaron con gasolina y les prendieron fuego. Dicen que mi abuelo no murió en el primer momento, que al sufrir la descarga, su cuñado Manuel que esta al lado de él, y que era más corpulento, lo tiró al suelo, por lo que solo resultó herido y que ante el hecho de rociarlos con gasolina reaccionó y entonces le dieron el "tiro de gracia".

"... unas gafas de alambre muy fino, sin cristales y con su funda de aluminio que estaban en mi casa guardadas. En el interior de la funda había una esquela, que fue lo último que escribió desde la cárcel, escrita a lápiz, en la que le decía a mi abuela: "Teresa te escribo esta esquela para decirte que me encuentro bien, todo iba bien, cuida mucho de los niños. Besos para todos". Esto lo tuvo mi madre guardado en un cajón de la cómoda, como el mejor legado recibido."

"... todos los días le hacían ir a presentarse al cuartes de la guardia civil, cuando salía, los falangistas en la calle Moralejo, lo ponían a desfilar calle arriba, calle abajo, ¡a el¡, ¡con quien había sido el ¡ lo humillaban, se reían ...

"... infinidad de fusilados de la clase obrera en Aguilar, entre quince o veinte todas las noches, durante varios meses, pues por mi condición de panadero, sentíamos de madrugada el fatídico coche de la muerte en sus siniestras idas y venidas, y el aporrear de puertas por los asesinos, que se los llevaban directamente de su casa a las afueras del pueblo para fusilarlos."

" fue detenido y fusilado en el acto, a la altura de la huerta del nido. Venían del campo y los detuvieron a todos. Todos muertos ... todos fusilados. Después se los llevaron, no sabemos donde"

" hablamos con el por las ventanas del cuartelillo, esa noche la pasaron encerrados, a la mañana siguiente, fuimos de nuevo, y nos dijeron que se los habían llevado ... jamás volvimos a verlo"

"... tome llévese la pelliza, que a el no le va a hacer ya ninguna falta."

" oímos disparos, salimos al camino, el camión ya había arrancado y se veía a lo lejos. Un charco de sangre y su sombrero es lo que quedo de él en el suelo ..."

"... era viuda de la guerra como yo y pasaba largas temporadas en nuestra casa. Nos hacíamos mutua compañía. Era pequeña y de un moreno ... adquirido por el sol y el trabajo duro en el campo, totalmente arrugadita y muy delgada; parecía que no había nada debajo de su bata, de lo delgada que era. Lo que debió de sufrir la pobre, con el recuerdo del espanto y el dolor de perder a sus seres queridos ... y esos gritos de su hijo pequeño llamándola y no pudiendo ella hacer nada. En nuestra casa se decía: "Manolita, ha sufrido tanto, la pobre."

"... a mi me llevaron a apuntarme a la Falange, en una calle, donde la casa hacia esquina, allí es donde había un señor que apuntaba a los niños. Me dieron una camisa azul, y me obligaban a ponermela, a levantar la mano y cantar el cara al sol."

"... mi madre me llevó junto a ella al cuartel de la Guardia Civil. Allí estaban recogiendo el oro que la gente voluntariamente llevaba. Recuerdo que dejamos sus pendientes y mi pequeño anillo, porque -decía- de esta forma ya no levantaremos sospechas..."

"... llegaban a la taberna, medio borrachos, cantando, pedían de beber y luego entre risas y bromas, sacaban de los bolsillos los objetos que habían robado ese día a los infelices que habían fusilado, un reloj, un anillo, algunas monedas.."

"... mi padre al escucharlos, salió a avisar de que lo iban a matar. Reían y cantaban y uno uno ellos, saco un bocadillo con el papel en el que estaba envuelto, lleno de sangre. Dijo haberlo quitado a un obrero que acudía a  trabajar a Carbonell, que detuvieron y fusilaron esa misma mañana. No tubo ningún reparo en comerselo."

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